La máchica entre la nostalgia y la cocina actual

Hay sabores que no se olvidan, que transportan a lugares, a momentos y a personas queridas. Esta harina que se elabora con cebada tostada y molida es uno de ellos, pues para los ecuatorianos es mucho más que un alimento.

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Hace algunas décadas, la máchica era el regalo para los niños golosos que hoy son adultos. Y si en la taza es un deleite, su recorrido hasta llegar a los hogares también tiene un gusto muy especial, que algunos intentan salvar de la extinción.

Aunque la colada de máchica está tatuada en la memoria, la gastronomía actual también le ha abierto un lugar, permitiendo que sea la protagonista de postres o la envoltura de unas croquetas. Larga vida a la máchica.  

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