Machetes, cuchillos de grandes dimensiones y armas de fuego como un fusil de asalto y una pistola fueron halladas este martes en la cárcel de Santo Domingo de los Tsáchilas, en Ecuador, tras la última matanza entre reclusos ocurrida el lunes, donde al menos doce presos fueron asesinados.
Las armas fueron decomisadas en un registro realizado por el Servicio Nacional de Atención Integral (SNAI) a personas privadas de libertad, el órgano encargado de la administración y custodia de las cárceles en Ecuador, según informó este martes en redes sociales.
Entre los objetos requisados hay alrededor de una treintena de armas blancas, entre las que destacan varios machetes y cuchillos de carnicería, así como un martillo, un destornillador y varias hojas de tijeras.
También fue incautado un fusil automático de asalto y una pistola, además de diversos tipos de municiones como balas de calibre grande, y catorce teléfonos móviles, algunos inteligentes y otros analógicos.
Estos hallazgos están acorde a la crueldad de las imágenes difundidas desde el interior de la cárcel por los mismos presos, en las que exhibieron los cadáveres de los reclusos asesinados tras haber sido desnudados, desmembrados y decapitados.
En un corto y macabro video, grabado con un teléfono móvil y que se hizo viral, se aprecia a una persona que dispara varias veces un arma de fuego contra una cabeza decapitada, en medio de una pila de cuerpos descuartizados.
45 piezas humanas
Este martes, el ministro del Interior, Patricio Carillo, señaló que en el patio de la cárcel fueron halladas 45 piezas humanas, correspondiente aparentemente a doce personas, y no a trece como inicialmente había reportado el SNAI.
Según Carrillo, esta matanza se produjo supuestamente como represalia de la banda criminal que controla la cárcel de Santo Domingo contra un grupo aparentemente disidente que se había formado recientemente en el mismo centro penitenciario.
Hasta ahora han sido diecisiete presos de la cárcel de Santo Domingo a otras prisiones del país, según informó también el SNAI.
Este episodio ocurre apenas dos meses después de que en la misma prisión de Santo Domingo de los Tsáchilas hubiese otro baño de sangre en el que fueron asesinados 44 presos y de que posteriormente también se hicieran requisas en los pabellones y se trasladaran a varios cabecillas de estas bandas.
Más de 400 asesinados desde el 2020
Desde 2020 son ya más de 400 los presos que han muerto en las cárceles de Ecuador en distintos enfrentamientos entre bandas criminales que se disputan el control de los centros penitenciarios, en una escalada que, según las autoridades, se ha trasladado a las calles y tiene nexos con el narcotráfico.
Si en 2020 fueron 46 los presos asesinados en sanguinarios enfrentamientos entre bandas rivales que se disputan el control interno de las cárcel, la cifra se disparó en 2021 hasta alcanzar los 316, mientras que en este 2022 ya suman cerca de 80.
En marzo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) recomendó al Estado ecuatoriano retomar el control interno de las prisiones, dar condiciones dignas a los presos y aplicar una política del delito donde no prime el encarcelamiento, pues hasta fines de 2021 el 40 % de los reos no tenía sentencia.
Ante ello, el Gobierno ha emprendido un proceso para casi doblar el número de guardias penitenciarios al contratar 1.400 nuevos agentes, así como un programa de indultos para reos condenados por delitos menores con la mayor parte de la pena cumplida y una política de derechos humanos para la población penitenciaria.
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EFE