Verlo correr hacia la libertad arrancó más de una lágrima y es que ese debería ser el destino de nuestra fauna silvestre, los bosques y páramos de nuestro país.
Él al igual que toda su especie, vive en riesgo permanente por la cercanía del ser humano, el maltrato y la cacería.
Si bien lo rescataron cuando apenas era un osezno, el esfuerzo fue enorme para lograr que su hogar temporal sea lo más parecido a su hábitat.
Esta es una crónica del paso a paso de Lumbaqui camino a casa.