El exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, claro favorito para las elecciones de 2022 en Brasil, se pone a disposición para «reparar» el país.
También dijo que quiere librarlo de la «crisis de odio» en la que se ha instalado por culpa del presidente Jair Bolsonaro, a quien calificó de «psicópata».
«Si ganamos estas elecciones, vamos a dedicar cada minuto, cada hora y cada semana a reparar este país», afirmó el líder del Partido de los Trabajadores.
Lula, de 76 años, aún no ha anunciado oficialmente su candidatura pero ya habla, actúa y negocia entre bastidores.
«Yo soy el único candidato que no puede mentir porque tengo un legado. No puedo hacer menos de lo que hice», indicó.
Asimismo, alertó de que el próximo año «la lucha será dura», con una campaña «difícil» en la que se teme que habrá «juego sucio» por parte del resto de aspirantes a suceder a Bolsonaro, quien intentará renovar su mandato por otros cuatro años más.
Antecedentes
Aunque por el momento todo le sale de cara a Lula en este 2021.
La Corte Suprema le anuló las dos condenas por corrupción por las que pasó 580 días en prisión, lo que le permitió a su vez recuperar sus derechos políticos, y a partir de ahí el resto de investigaciones penales que le cercaban han ido archivándose una a una.
Sólo le queda un proceso abierto por un supuesto delito de tráfico de influencias en la compra de unos cazas Gripen, de la empresa sueca SAAB, en 2013.
Lula hoy es el máximo favorito con más de un 40 % de los apoyos y una amplia ventaja sobre el ultraderechista Bolsonaro, al que le otorgan un 20 a 25 %.
Más lejos empieza a asomarse Sergio Moro, el exministro de Justicia de Bolsonaro y el juez que llevó a Lula a la cárcel, con casi un 10 % de los votos.
Algunas encuestas proyectan incluso que Lula podría ganar en la primera vuelta.
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