Una niña de cuatro años, feliz y contenta, empuja orgullosa su cochecito en un video grabado por su madre y publicado en Instagram. Pero una hora más tarde Liza murió, víctima del disparo de un misil ruso lanzado desde el Mar Negro.
El cochecito rosa queda volcado en la calle y manchado con la sangre de la niña.
Liza Dmitrieva, con síndrome de Down, se dirigía el jueves con su madre Irina a un centro terapéutico en Vinnytsia, una ciudad de unos 370.000 habitantes situada a 250 kilómetros al suroeste de la capital Kiev.
En el video que Irina publicó en las redes sociales a las 9H38 locales, Liza salta en la acera en un legging blanco y un top azul cielo, con lo que parece una margarita cosida en el hombro.
Ninguna de las dos tenía motivos para temer lo que ocurriría. Vinnytsia está a varios cientos de kilómetros de la línea de frente más cercana.
«¿Adónde vamos, cariño?», pregunta la madre a su hija en el video publicado en Instagram. «¡Allá!» responde la niña sacudiendo su cabello rubio, atado con una pinza blanca en forma de mariposa.
Unos 80 minutos más tarde, varios misiles lanzados desde un submarino ruso que patrullaba el Mar Negro alcanzaron Vinnytsia, devastaron el centro de la ciudad y mataron a 23 personas, incluidos otros dos niños.
Irina, la madre de Liza, perdió una pierna en el ataque y fue declarada muerta al principio, antes de que el jefe de la policía ucraniana afirmara el viernes que seguía luchando por su vida.
Irina publicaba regularmente en internet noticias y fotos de las hazañas y numerosos desafíos de su hija, convertida en una especie de mini-estrella de las redes sociales.
Seguidores en redes
La cuenta de Instagram creada por la madre y dedicada a Liza contaba con cerca de 20.000 seguidores, cifra que pasó a 80.000 el viernes por la mañana tras la tragedia.
«¡Le encantan los vestidos!», comenta Iryna en un post, junto a un video de la niña dando vueltas con su vestido lila en un campo de lavanda.
«Estoy tan feliz de ser el mejor ejemplo para mi hija. Ella copia absolutamente todo: las danzas, los movimientos, las poses ante un espejo, las cosas de la vida cotidiana», señala Irina en otro post.
Acto abiertamente terrorista
En las primeras horas del viernes, la primera dama ucraniana Olena Zelenska afirmó que estaba «horrorizada» por las imágenes del cochecito derribado en la acera, difundidas por las autoridades locales, antes de darse cuenta que conocía personalmente a Liza.
«Al leer las noticias, me di cuenta de que conozco a esta niña. La conocía…», comentó en Instagram.
Se vieron durante la grabación de un video para las vacaciones de Navidad, unos meses antes.
«En solo media hora, la niña consiguió poner pintura no solo en sí misma y en su vestido, sino también en todos los demás niños, en mí, en los camarógrafos y en el director», recuerda la primera dama evocando las actividades realizadas ese día.
«Lloro junto a sus seres queridos», añadió en la red social.
Volodimir Zelenski comparó el bombardeo de Vinnytsia, casi al mismo tiempo que se abría en La Haya una conferencia sobre los crímenes cometidos en Ucrania -organizada conjuntamente por la UE y la Corte Penal Internacional-, con un «acto abiertamente terrorista».
Las imágenes difundidas por las autoridades muestran los restos calcinados de decenas de coches cerca de un edificio de unos diez pisos, que albergaba pequeños comercios, como reparadores de zapatos o de ropa. Un humo marrón se escapaba del lugar del impacto.
El viernes, Rusia dijo que el objetivo del ataque en Vinnytsia era una reunión de la Fuerza Aérea de Ucrania en la «Casa de los Oficiales» situada junto al impacto, asegurando que «los participantes fueron eliminados».
Sergei Borzov, gobernador de la región de Vinnytsia, indicó el jueves que 13 víctimas, incluidos los otros dos niños, aún no pudieron ser identificadas.
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