Lady Di tomando sol desnuda o el verdadero motivo de la pelea entre Kate Middleton y Meghan Markle son algunas de las historias reveladas en las páginas del libro “Kensington Palace: An Intimate Memoir From Queen Mary To Meghan Markle”, donde varios ex empleados del palacio contaron los secretos mejor guardados de las personalidades más destacadas de la familia real británica, asegura el portal Infobae.com
Muy poco escapa a la atención de los empleados en el Palacio de Kensington, incluidas las rivalidades y las explosivas peleas maritales.
Distintas generaciones de royals, desde la princesa Diana hasta Meghan Markle, han sido huéspedes de la residencia real, ubicada en Londres.
“No se podía esconder nada de nadie”, contó un ex miembro del personal al autor británico Tom Quinn, cuyo libro se lanzará a finales de este mes.
Según Infobae.com, antiguos ex empleados contaron al autor varios secretos que se han adelantado en el tabloide británico Daily Mail.
De acuerdo a información del portal, el comerciante de arte Oliver Hoare, uno de los amantes de Diana, había sido atrapado desnudo, escondido detrás de una maceta en uno de los deslumbrantes pasillos del Palacio de Kensington.
El personal de la fallecida princesa Diana de Gales contó que le gustaba toma sol desnuda en su jardín que no era tan privado como ella pensaba.
Ella creía que el área estaba a salvo incluso de helicópteros, hasta que le informaron a la princesa que muchos de los helicópteros tenían binoculares de alta resolución. Pero un día, dos constructores pudieron ver a la mismísima Lady Di sin ropa mientras se bronceaba.
Cuando el príncipe Carlos y Diana Spencer se casaron en 1981, se mudaron a dos apartamentos, conocidos como 8 y 9. Según un ex trabajador de Kensington, el matrimonio ni siquiera tuvo un comienzo feliz.
“Existe el mito de que Carlos y Diana vivían felices en este hermoso palacio, al menos durante sus primeros años juntos, pero, en realidad, se los podía escuchar peleando casi desde el día en que se mudaron”.
El palacio de Kensington, por supuesto, también fue el escenario de muchos de los amores de Diana. Recordando dos de estos, un ex empleado dijo: ‘Diana se obsesionó seriamente con Oliver Hoare, casi hasta un punto trastornado. Se paseaba por Kensington disfrazada, buscando cabinas telefónicas desde las cuales le hacía cientos de llamadas».
Y agregó: “El asunto finalmente se terminó. Pero debe haber sido desgarrador para Diana cuando llegó un pequeño paquete: contenía un hermoso par de gemelos de su padre fallecido que le había regalado a Hoare”.
Su relación final con el millonario Dodi Al Fayed no fue popular entre el personal por lo malos tratos que tenía con ellos. “Diana era tan amable que iba a ver a cualquiera persona a quien Dodi le había gritado o había sido grosero y se disculpaba por él”.
El escándalo también tiene de protagonistas a la última generación de la realeza.
Junto con la mayoría de los residentes entrantes del palacio, William y Kate simplemente se negaron a conformarse con los apartamentos que les dieron e hicieron varias reformas y trasladaron gran parte de su equipo a una zona desocupada del palacio.
En cuanto a la llegada de los duques de Cambridge, los ex empleados destacan la amabilidad de Kate con ellos y, sobre todo, con Meghan Markle: “Ella es amable con su personal, en general, y fue muy cálida con Meghan cuando esta llegó”, comenta uno de ellos.
Aseguran que cuando la duquesa de Sussex se mudó a la residencia de Harry en los terrenos del Palacio de Kensington, Kate fue muy acogedora y que ambas parejas se habían llevado bien al principio.
Pero “aunque a Harry le encantaba su casa en aquel terreno, Meghan era consciente de que era pequeña en comparación con el vasto complejo de apartamentos donde vivían Kate y William”, develan.
“Kate se horrorizó cuando Meghan le gritó a un miembro de su personal; ese fue definitivamente el comienzo de las discusiones que provocaron la salida del Palacio de Kensington a Frogmore Cottage», comentó un ex empleado.
Quinn explica que Meghan -que ganó rápidamente apodos poco halagadores del personal- exageraba la altanería; por un lado, ella quería ser como Diana, la princesa del pueblo, y por el otro, quería que la gente se pusiera de pie cuando chasqueaba los dedos.
Después de recibir una serie de severas reprimendas por parte de Meghan, algunos empleados de palacio parecieron aliviados cuando ella y Harry se mudaron a la residencia de Isabel II en los terrenos del Castillo de Windsor, donde solo vivieron unos meses por su renuncia a la familia real y posterior mudanza a Canadá, y ahora a Los Ángeles.
Fuente: Infobae.com