Liga Pro: Kevin Minda retorna a Liga de Quito como un jugador más completo

Liga Pro: Kevin Minda retorna a Liga de Quito como un jugador más completo. El volante de 26 años acaba de ser anunciado como el primer refuerzo del Bicampeón para la temporada 2025. Estuvo cinco años fuera de casa. Ahora retorna más maduro y con lecciones de juego en la espalda.

Minda se formó en la ‘U’. Vino de Ibarra en el 2012, impulsado por Álex Salas, su mentor. Se alojó los primeros días en la casa de la hermana de Salas y desde ahí forjó el sueño de convertirse en profesional, algo que ocurrió en el 2018, cuando Liga de Quito logró el título ante Emelec.

El futbolista debutó en noviembre de aquel año, en la victoria de los albos por 4-0 ante El Nacional. Por esas fechas, Minda era defensa central. En las selecciones juveniles también actuó como lateral derecho. Su participación en las finales ante Emelec fue determinante.

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Los albos perdieron por lesiones a Franklin Guerra y a Hernán Pellerano. Tuvieron que definir la serie con Minda, de poco recorrido hasta ese momento y con Édison Realpe (+), quien era lateral pero tuvo que jugar en el centro de la zaga.

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Liga Pro: Kevin Minda retorna a Liga de Quito como un jugador más completo

Tras lograr la Liga Pro con los universitarios, Minda se ilusionó con la posibilidad de tener más minutos, pero en el 2019, el técnico Pablo Repetto ordenó la contratación de Carlos Rodríguez y Nicolás Freire. Las chances se fueron reduciendo y en el 2020, el jugador se fue a Universidad Católica.

«Nunca debió salir de Liga. Es un jugador completo, que puede aportar mucho, pero, lastimosamente, así se tomaron algunas decisiones«, asegura Eduardo ‘Sacho’ Álvarez, el titular de la Comisión de Fútbol del cuadro universitario.

En Católica, Minda se convirtió en volante de primera línea, por pedido del DT Santiago Escobar. Aprendió lecciones del capitán Facundo Martínez, quien fue un consejero permanente y amigo dentro y fuera de la cancha.

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El volante llega a la ‘U’ con la consigna de ganarse un puesto. Promete trabajo y esfuerzo, tal como lo enseñó Homero Ruales, su abuelo materno, con el que vivió en la infancia. Él era radio técnico y siempre le inculcó a su nieto el valor y la necesidad de dar más para lograr los sueños.

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