Las librerías en Bélgica se mantienen abiertas pese a vivir uno de los cierres de coronavirus más duros de Europa. Y es que para el gobierno belga, las tiendas de libros parecen ser «un bien esencial» en este segundo confinamiento.
Hace una semana, las autoridades ordenaron el cierre de comercios no esenciales y se adoptaron medidas para frenar la segunda ola de coronavirus en el país. El cierre de bares y restaurantes contrasta con la apertura de librerías que, tal y como menciona el medio RFI, ayudan a «preservar la salud mental».
El mismo portal recoge testimonios de dueños y trabajadores de librerías, como Catherine Victor, perteneciente a la librería Pax, en la ciudad de Lieja. «No hay teatros, ni museos, ni cines. Con los libros queda una puerta vierta. Es un producto que permite que te escapes, que pienses, que reflexiones”, afirma.
La medida no ha sido replicada en países vecinos como Francia, en donde el gobierno decidió cerrar las librerías y producto de ello, los ciudadanos se volcaron a los supermercados para encontrar libros entre sus pasillos. “Leer en un encierro es esencial», dijo Francois Bellet, un ciudadano residente en Bruselas, capital de Bélgica.
Para Bellet, la decisión de cerrar librerías en Francia es incomprensible. «Demuestra que la gente en el poder ya no está interesada en los libros. Es un descenso al infierno, ¡y en Francia, el país más literario del mundo!», añadió.
Hoy, los dueños de las librerías en Bélgica sostienen que las ventas aumentaron al inicio del nuevo confinamiento. Y aunque en estos momentos se ha reducido, esperan un repunte para Navidad, cuando un libro podría ser uno de los mejores regalos.
Fuente | Radio Francia Internacional/France24