Li Wenliang, médico que fue reprendido por la Policía a principios de enero por alertar de la existencia de casos de una enfermedad similar al síndrome agudo respiratorio y grave (SARS) que finalmente resultó ser causada por el coronavirus de Wuhan, falleció hoy debido a ese virus.
Según confirmó en su cuenta oficial de Weibo (el Twitter chino) el centro donde trabajaba y donde estaba ingresado desde hace días, el Hospital Central de Wuhan, el oftalmólogo, de 34 años, falleció esta madrugada a las 2.58 hora local (18.58 GMT de ayer).
Algunos medios habían confirmado de la muerte varias horas antes y la Organización Mundial de la Salud (OMS) había publicado un tuit en el que transmitía sus condolencias, lo que dio lugar a confusión.
La prensa estatal china explica que había estado recibiendo tratamiento de emergencia con oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO) tras haber sufrido un fallo cardíaco hacia las 21.30 hora local (13.30 GMT) de ayer.
Li y otras siete personas fueron llamadas a dependencias policiales en Wuhan el 3 de enero por «diseminar información falsa en internet» después de que hubieran publicado a finales de diciembre datos sobre un supuesto rebrote del SARS -enfermedad que dejó más de 600 muertes entre 2002 y 2003- a través de siete casos detectados en la ciudad.
El médico siguió trabajando hasta el día 10 de ese mes, cuando comenzó a presentar síntomas de haber contraído el coronavirus, aunque no confirmó las sospechas hasta el 1 de febrero.
En una entrevista con el portal de noticias privado Caixin después de confirmarse que había sido infectado, Li dijo: «Creo que debería haber más de una voz en una sociedad sana, y no veo con buenos ojos que se utilice el poder público para interferir de forma excesiva».
Preguntado entonces acerca de si buscaría acciones legales por haber sido amonestado cuando dio la voz de alarma, Li simplemente aseguró: «Es más importante que la gente sepa la verdad, la Justicia no importa tanto para mí».
La prensa oficial había informado a principios de enero de la acción policial contra ocho personas que «diseminaban rumores» en Wuhan cuando la crisis todavía era un pequeño brote de una neumonía de origen desconocido que estaba relacionado con un mercado de pescado y marisco -en el que, según se reveló más tarde, también se vendían animales salvajes de forma ilegal-.
No obstante, en las últimas semanas, había cambiado su discurso y trataba a Li de forma elogiosa, al igual que las instituciones: el mismísimo Tribunal Supremo publicó un artículo en el que aseveraba que «habría sido afortunado si la gente hubiera creído esos ‘rumores’, y empezado a llevar máscaras y a tomar medidas de desinfección, así como a evitar el mercado de animales».
También el epidemiólogo jefe del Centro de Control y Prevención de Enfermedades, Zeng Guang, dijo recientemente: «Mirando atrás, deberíamos elogiarlos mucho. Fueron sabios ante el brote».
El fallecimiento del médico causó un auténtico terremoto en las redes sociales chinas, donde el dolor por la muerte de Li se entremezclaba con la rabia: muchos usuarios exigían a las autoridades locales y a la Policía de Wuhan que se disculpasen por haberse centrado en acallar lo que consideraban rumores en lugar de en evitar lo que se ha convertido en una crisis sanitaria mundial.
Según el portal What’s on Weibo, especializado en esa red de ‘microblogs’, la censura estatal entró en juego tras la avalancha de mensajes relacionados con el deceso, a lo que los usuarios respondieron utilizando como protesta la etiqueta «¿Te puedes hacer cargo? ¿Lo entiendes?», frases empleadas por la Policía de Wuhan en el documento que obligaron a Li a firmar en enero.
Según los últimos datos oficiales, el número de fallecidos por el coronavirus en China asciende a 636, mientras que el de casos confirmados se sitúa en más de 31.000 en el país asiático. EFE