Casi no han hablado de migraciones, violencia y narcotráfico. La brecha entre ricos y pobres y el acceso a las vacunas y asistencia económica para sortear la pandemia del COVID-19 han sido las grandes inquietudes de los líderes de América Latina ante la 75ta Asamblea General de las Naciones Unidas.
“Esta pandemia ha desnudado bastante la inequidad real del mundo en que vivimos”, dijo el miércoles el presidente hondureño Juan Orlando Hernández. “Hemos visto cuando existe escasa dotación de un medicamento que el país productor retiene la producción. Igual pasa con los equipos médicos: en algunos países han tenido producciones incautadas, para uso exclusivo, prohibiendo las ventas a otros países”.
“¿Y el resto de las naciones? ¿Qué se muera la gente?”, preguntó. “¿Con las vacunas qué va a suceder? ¿Quiénes tendrán acceso a ellas? ¿Ya existen listas de países para eso?”.
América Latina es una de las regiones más afectadas por el nuevo coronavirus. Brasil, Colombia, Perú, Ecuador y Argentina figuran entre los diez países con más contagios. Y las economías de toda la región están sintiendo los efectos de la pandemia, que paralizó buena parte de las actividades y aumentó el desempleo.
Hasta el miércoles América Latina ha reportado 8,8 millones de casos del nuevo coronavirus y más de 327.800 fallecimientos.
“Es fundamental que las vacunas lleguen -en primer lugar- a las personas más vulnerables” y no sean acaparadas por los ricos, expresó la víspera el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado.
Su colega argentino Alberto Fernández dijo que cuando se produzca una vacuna contra el virus, “tiene que ser un bien público global, accesible a todas las naciones de una manera equitativa”.
Hernández afirmó que los organismos multilaterales de crédito “no han estado a la altura de esta colosal tragedia y ha habido una respuesta pobre a la necesidad de financiamiento, de moratorias, para atender el desplome de nuestras economías”.
Fernández, por su parte, denunció los “comportamientos abusivos y extorsivos” de los organismos de crédito y dijo que “ningún país puede pagar su deuda a costa de que su pueblo quede sin salud, sin educación, sin seguridad o sin capacidad de crecer”.
“Instamos a la comunidad internacional a continuar buscando nuevas alternativas multilaterales que faciliten la reestructuración ordenada de las deudas y aseguren la mayor disponibilidad de recursos para la aplicación de políticas públicas para enfrentar la pandemia y sostener el crecimiento”, manifestó Fernández.
Abundan los llamados a reformar la ONU para hacerla más eficiente y que genere resultados concretos. La inoperancia del sistema se hace evidente en la falta de acciones para combatir el cambio climático, según Hernández.
“Es necesario pasar de la teoría a los hechos. El cambio climático ha sido una emergencia desde hace varios años y todavía no sabemos dónde están los famosos fondos verdes del clima”, señaló, aludiendo a fondos que se supone deben ayudar a países en desarrollo a adaptarse al cambio climático y mitigar sus efectos. “Tenemos varios años de estarlos buscando, de esperarlos, no los hemos encontrado. ¿Alguien sabe dónde están que no aparecen?”.
Honduras, dijo Hernández, es uno de los tres países más vulnerables en el mundo a los efectos del cambio climático.
“Tenemos que hacer algo y pronto para pasar de las palabras a los hechos, de la retórica a la acción”, afirmó el mandatario hondureño. “¿A ustedes no les molesta? ¿A ustedes no les incomoda en su conciencia que año tras año sea lo mismo? ¡A mí sí!”.