“¿Por qué se nos permite hablar de esto ahora? La respuesta simple es que Hugh Hefner está muerto”. Alexandra Dean pensaba que estaba haciendo un documental muy diferente a lo que terminó siendo Secretos de Playboy. Sí, quería mostrar el lado oculto, contar otra historia detrás de la riqueza de su legado cultural. Pero lo que se encontró fue un imperio de abusos.
A medida que iba entrevistando mujeres, comenzaron a hacerle confesiones que la sorprendieron y horrorizaron. “Me di cuenta de que era como la frase sobre Las Vegas: lo que pasa en la Mansión de Playboy, se queda en la Mansión de Playboy. Se pensaba que era un ‘patio de recreos’ para adultos donde la gente realmente podía divertirse. Y en la medida en que eso era cierto, yo no tenía ningún problema con Playboy, si las personas se divierten consensualmente y se sienten libres. Pero el problema es que estaban destruyendo a la gente, y solo había ciertas personas que la estaban pasando muy bien, mientras que otras estaban siendo tratadas como animales. Por eso, a veces uno no tiene más remedio que reventar la hermosa burbuja para mostrar lo que pasa en su interior”.
El resultado del trabajo de la cineasta (quien también hizo el documental de Paris Hilton This Is Paris) es la nueva docuserie de A&E de 10 partes Secretos de Playboy, que se estrena el 19 de junio a las 22 hs en Latinoamérica. Dean entrevistó a más de 100 personas, principalmente mujeres, que habían estado conectadas al imperio en los últimos 60 años. Así, a través de una lente con perspectiva actual, logra desnudar el oscuro entramado de poder, sexo, violencia y engaño detrás de las paredes de la mansión y que evidencia la manipulación que ejerció Hugh Hefner sobre las mujeres que entraban en la maquinaria del emporio de entretenimiento para adultos más importante de todos los tiempos.
Con la aparición de Playboy en 1953, el cuerpo desnudo de la mujer se vuelve un objeto de consumo en los medios. Pero en la serie documental se muestra cómo esto derivó en un oscuro mundo de depredación sexual, y en el tráfico y abuso de mujeres, muchas de ellas menores de edad. Bajo la fachada de una revista que buscaba revolucionar la cultura sexual de la época, Hefner justificó la sexualización de la mujer como “empoderamiento femenino”, una herramienta de manipulación que utilizó para engañar a las mujeres y al mundo entero.
“Creo que Playboy sigue siendo un símbolo de liberación sexual. Todavía ves a las mujeres usar el conejito para simbolizar que se sienten libres en un sentido sexual. Y creo que la razón por la que Playboy se mantuvo tan poderoso durante tanto tiempo es porque nosotros, como cultura, necesitábamos un poco de liberación. Estábamos en una especie de caja. Así que hubo algo positivo que hizo Playboy con lo que la gente se encariñó mucho”, dijo Alexandra Dean a Infobae durante una rueda de prensa con medios de Latinoamérica. “Pero realmente tenía un lado oscuro y ese lado oscuro obviamente necesitaba salir a la luz”.
La era en la que surgió Playboy era de la experimentación, la libertad sexual, el empoderamiento femenino. “Todo esto estaba sucediendo en ese momento”, comenta Dean. “Las mujeres estaban tratando de descifrar qué era la libertad, qué era el empoderamiento y para muchas mujeres estar orgullosas de su cuerpo y su sexualidad y tener una relación libre con su cuerpo era parte de su empoderamiento. Y Playboy hacía muy bien esa venta del sueño a las mujeres de que un desnudo hermoso en esa revista sería un movimiento poderoso. Y al ignorar eso se está subestimando la experiencia de estas mujeres. Muchas mujeres se sentían empoderadas. El tema era ser parte del imperio de Hefner y ser llevadas a este mundo tipo secta, donde terminaban muchas veces convirtiéndose en su juguete sexual”.
Ella, como tantos otros a través de generaciones, creció viendo la revista en los Kioscos, o incluso siguiendo las aventuras de las “chicas” en The Girls Next Door. “Cuando comencé a hacer llamadas telefónicas durante la pandemia a principios de 2020, estaba completamente impresionada por las historias que me contaron. En todos estos años, yo ni me había imaginado que había otras cosas que estaban ocurriendo. Fue una reeducación”.
El documental examina las consecuencias de gran alcance en la visión del poder y la sexualidad en nuestra cultura, y pone el foco en el sufrimiento de las mujeres que habitaron la Mansión de Playboy, a través de material inédito compuesto por imágenes de archivo y entrevistas exclusivas.
Una de las protagonistas es Miki García, ex Playmate y directora de Playmate Promotions entre 1973 y 1982. “Playboy era como una secta”, afirma. De pasado conservador y educación católica, Miki participaba en concursos de belleza cuando la editora de fotografía de Playboy la fichó para Playmate. “Realmente pintó una imagen hermosa. Al principio no quería hacer desnudos pero me convencieron. Fue muy controversial para mí en mi familia posar desnuda para la revista Playboy, pero lo hice, era joven y era parte de la revolución sexual”.
Luego de ser tapa y de su gira, decidió que quería ser ejecutiva. “Quería ayudar a las mujeres y pensé que sería un muy buen futuro para mí. Así que seguí adelante y fui elegida para ser directora de promociones de Playmate. Estaba muy contenta con esa asignación porque antes de eso no tenían un director y pensé que las mujeres merecían más atención y ciertamente más seguridad”.
La primera vez que se dio cuenta de que no todo era color de rosas fue cuando no la nombraron Playmate del año, a pesar de que se lo habían prometido. Luego Hefner quería que se acostara con él: “Me negué tres veces. Me negué pero, sin embargo, quería trabajar para la revista. Él no me forzó”.
Pero con su flamante nuevo puesto, se volvió en una de las mayores confidentes de las Playmates. “Escuchaba muchas de las cosas que sucedían en la mansión y también comenzaba a notar que algunas de las mujeres no se veían tan bien como deberían y eso se debía a que tomaban drogas. ¿Y de dónde sacaban las drogas? Bueno, de la Mansión de Playboy. Traté de ayudarlas pero Hefner intervenía. Fue un equilibrio constante de hacer lo que pensé que era lo mejor para las Playmates y también mantener mi posición en Playboy. Yo era una de las pocas mujeres ejecutivas en ese momento y casi se me consideraba una intrusa”.
Durante uno de los eventos promocionales, García fue violada
“Ojalá pudiera revelar quién es, pero no puedo”, dice. “Era un actor muy famoso en ese momento y estaba en un programa de televisión muy popular. Estaba en una exhibición de autos como yo, firmando autógrafos, y vino a mi habitación porque había preguntado si alguien tenía champú y él tenía. Vino a mi habitación, empujó la puerta y entró a la fuerza. Le dije que iba a llamar a alguien por teléfono y él muy metódicamente me dijo que yo llevaba el logo de Playboy en mi suéter y nadie me iba a creer. Fui atrapada y no había salida. Me violó dos veces”.
No lo reportó, porque sabía que si lo denunciaba a la policía, “él regresaría con sus abogados y mentiría. Si le decía a Playboy muy posiblemente no me seguirían contratando en las promociones de Playmate y estaba ganando muy buen dinero. Tenía un buen futuro por delante. Tomé la decisión de no denunciarlo a la policía y esto habría sido en 1973. No tenían kits de violación en ese momento. No habría manera de que pudiera haber probado lo que me hizo. Así que tomé lo que pensé que era la decisión más práctica que podía: mantener la boca cerrada”.
A Infobae le cuenta que poder hablar en el documental la ha ayudado a sanar de muchas maneras. “Tengo un largo camino por delante, pero siento que se me ha dado una voz, a todas nosotras. Estas mujeres que participaron realmente no tenían una voz antes y esto es realmente importante en el proceso de curación para mí y mi familia. Mi corazón comenzó a ablandarse, no con los ejecutivos que lo permitieron, pero tal vez ahora puedo mirarme a mí misma de una manera más suave porque durante muchos años me sentí responsable y me preocupé de que tal vez no hice lo suficiente. Pero la realidad es que realmente hice todo lo que pude hacer”.
“Él me silenció a mí de muchas maneras”, afirma Miki, que dejó la empresa en 1982 por la explotación de las Playmates y testificó en 1985 contra el abuso de mujeres por parte de Hugh Hefner. “Me silenció dentro del mundo Playboy. De hecho, yo testifiqué contra él con un fiscal sobre pornografía. Me presenté frente a un panel y les conté exactamente qué era lo que pasaba con las mujeres, y todos los comportamientos sexuales incorrectos y el abuso. Fui censurada y silenciada a lo largo de los años. Él tenía control de los medios de la industria editorial. Ha habido algunos libros, pero no uno como el que yo hubiera escrito, porque saldría de mi corazón, de documentos y evidencia real. Y ese es el mayor temor que Hefner tenía conmigo. Tenía pánico de que yo contara todo lo que sabía”.
Hubo un proceso lento de manipulación en la vida de estas mujeres. “No sabíamos mucho sobre sectas en ese entonces, pero ciertamente Playboy tenía todas las características de una secta porque se esperaba que actuaras de cierta manera. Hefner tenía el control total. Tenía control sobre las finanzas de las mujeres. Había ejecutivos que les decían que si no seguían las reglas iban a perderlo todo. Era una secta porque te preparaban para pensar que él era la persona que tomaba todas las decisiones. Tenía el control de todo y lo hacía parecer tan glamoroso y maravilloso. Te hacía sentir especial. Llamaba a la mansión Shangri-La. Él se pensaba que era Rick y todo el resto era Casablanca”.
“Todavía hay gente adorando en el altar de Hugh Hefner. Esto es absolutamente loco. Este hombre ha hecho un daño enorme a las mujeres. Hay cosas que me persiguen y yo nunca estuve en su dormitorio”.
Para Dean, todavía hay que esperar para ver cuál será el legado de Playboy en los próximos años, incluso después de los testimonios de su documental: “Hay mucho feedback en Twitter, en Tik-Tok y en Facebook, donde la gente está reaccionando a la serie y no lo puede creer. Las jóvenes están que les da asco. De hecho, no pueden creer que las chicas como Miki y las Playmates tuvieron que pasar por todo eso. Pero, al mismo tiempo, Cardi B es hoy la cara de Playboy, y la empresa se está rearmando para una nueva generación y le están metiendo la conejita en todos lados y se sigue vendiendo. Y le está yendo bien desde el punto de vista financiero. Entonces creo que va a ser una batalla grande para que la gente realmente sepa qué fue lo que pasó en Playboy”.
“Only Fans es el Playboy de hoy”, advierte. “Tiene una maquinaria financiera enorme. Y lo que le pide a la gente que haga es cada vez más peligroso para la gente que está en esa plataforma. Mucha gente siente ahora que tiene control sobre su propia imagen aquí. Pero recientemente me enteré de que hay traficantes que usan Only Fans y hacen que las personas sientan que están en control cuando en realidad no es así. Las personas realmente tienen que saber que tienen que protegerse a sí mismas. Hay que entender que esas imágenes en internet van a estar ahí de por vida y hay que poder controlarlas”
Con respecto a las nuevas generaciones que buscan meterse en el mundo de Only Fans, García tiene algunos consejos. “Por favor, entiendan en lo que se están metiendo, y si lo hacen tiene que valer para ustedes. Tú eres la dueña de ti misma. No permitas que nadie se adueñe de ti. Mi consejo desde el corazón es que no vivan de su cuerpo, ni de su apariencia. No hagan nada de eso. Hay ciertas atmósferas que no conducen al empoderamiento femenino. Aunque crean eso al principio, es mi opinión que a la larga no le sirve a la mujer para nada. Créanme. Yo trabajé para el pornógrafo más famoso del mundo”.