Michael Levitt tiene su propio laboratorio de biología estructural en la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford y, desde hace muchos años, es una referencia en el mundo de la ciencia. Sobre todo desde 2013, cuando ganó el Premio Nobel de Química junto a Martin Karplus y Arieh Warshel, por el “desarrollo de modelos multiescala para sistemas químicos complejos”.
Pero desde el 28 de enero de 2020 tiene una sola obsesión: el coronavirus. Su equipo de trabajo, con la ayuda de voluntarios de diferentes países, trabaja incesantemente en el análisis de datos relacionados con el virus. Esto con el objetivo de rastrear la evolución de la COVID-19.
Cuarentenas
El investigador angloamericano e israelí es severamente crítico con la estrategia elegida por la mayoría de los Gobiernos del mundo para combatir la pandemia. “Creo que las cuarentenas no salvaron ninguna vida”, dijo el sábado en una entrevista con The Telegraph. “Creo que pueden haber costado vidas. Habrán salvado algunas vidas en accidentes de tránsito y en cosas así. Pero el daño social por el abuso doméstico, los divorcios, el alcoholismo, ha sido extremo. Y además están los que no fueron tratados por otras enfermedades”.
Levitt cree que con algunas recomendaciones puntuales, como usar máscaras desde el comienzo del brote y adoptar ciertas normas de distanciamiento social, se habría obtenido el mismo resultado en términos sanitarios, pero a un costo muy inferior.
“Creo que el verdadero virus fue el virus del pánico”, afirmó. “Por razones que no me quedan claras, creo que los líderes entraron en pánico y la gente entró también, y creo que hubo una gran falta de discusión”.
Coronavirus en Reino Unido
El científico apuntó especialmente contra Neil Ferguson, que era el principal asesor del gobierno británico al comienzo de la pandemia y que escribió, junto con otros colegas del Imperial College, un paper que pronosticaba cientos de miles de muertes en el Reino Unido en caso de que no se estableciera una cuarentena.
El trabajo fue tan influyente que el primer ministro Boris Johnson, que había optado originalmente por un enfoque similar al sueco, mucho menos restrictivo, cambió radicalmente de postura e impuso un confinamiento.
Ferguson terminó renunciando a su cargo después de que se supiera que había ignorado las reglas que él mismo había recomendado al recibir la visita de una mujer en su casa en dos oportunidades
El científico sugiere que, dada la gran cantidad de personas asintomáticas, el virus ya se habría «extendido ampliamente» para el momento en que el confinamiento finalmente se implantó en el Reino Unido. «Podrían haberse mantenido abiertos como Suecia en esa etapa y no habría pasado nada», asegura.
Distanciamiento social
Si bien «no hay duda de que se puede detener una epidemia con un encierro», se trata de un arma «muy contundente y muy medieval», enfatiza el profesor de 73 años, subrayando que el brote «podría haberse detenido con la misma eficacia con otras medidas sensatas», como mascarillas y otras formas de distanciamiento social.
«Creo que el bloqueo causará mucho más daño que las vidas salvadas», aseguró.
El químico criticó a quienes lo cuestionan por hablar sin ser epidemiólogo y recalcó la importancia de que haya un debate abierto en torno a la pandemia y a las estrategias para combatirla.
“Me dijeron en numerosas ocasiones ‘no eres epidemiólogo, cállate’. Realmente no me importa. Solo estaba mirando los números. Estaba mirando el crucero (Diamond Princess), mirando a Wuhan. El mismo número se mantuvo en estos lugares”, dijo. “Muchas cosas salieron mal, pero creo que lo principal es que solo necesitábamos pensar y discutir las cosas un poco”.
Levitt fustigó especialmente a los médicos que acuden a los medios de comunicación para alarmar a la población. “El problema con los epidemiólogos es que sienten que su trabajo es asustar a la gente para que se encierre, para que se distancie socialmente. Así que dicen ‘va a haber un millón de muertes’, y cuando solo hay 25.000 dicen ‘es bueno que hayan escuchado mi consejo’. Esto sucedió con el ébola y con la gripe aviar. Es solo parte de la locura”.
El profesor ha insistido durante dos meses en que el planeta vencerá al coronavirus más rápido de lo que la mayoría de otros expertos predicen, y que en la mayoría de los países la tasa de mortalidad por covid-19 equivaldría a alrededor de un mes adicional de «muertes naturales».
Con información de Infobae.com y RT