La Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó, este viernes, una plataforma para compartir gratis tratamientos y vacunas contra el coronavirus.
Esta iniciativa busca evitar que la cura y prevención de esta nueva enfermedad se conviertan en el privilegio de unos pocos.
La idea inicial partió del Gobierno de Costa Rica, que planteó una especie de fondo común. En el cual los que decidan participar (de forma voluntaria y bajo el principio de responsabilidad social) pondrán a disposición el conocimiento científico, los datos y la propiedad intelectual que vayan desarrollando.
Además de tratamientos y vacunas contra el coronavirus se incluyen pruebas de diagnóstico mejoradas. Dispositivos médicos (como prototipos de respiradores), material de protección sanitaria y cualquier otra tecnología que se muestre útil para frenar la pandemia.
La Plataforma de Acceso a la Tecnología (C-TAP) es el nombre que la OMS ha decidido darle. Además, la plataforma funcionará en paralelo a otra iniciativa con fines parecidos, el ACT Accelerator.
El ACT busca acelerar el desarrollo de las principales herramientas para luchar contra el coronavirus SARS-CoV-2 y promover un acceso equitativo a ellas.
El mundo está a punto de entrar en el sexto mes desde que se entendió la gravedad del nuevo coronavirus que apareció en China, se extendió por Asia Europa y en América, donde la ola de la pandemia está ahora en su auge.
Treinta y cinco países han manifestado su apoyo al C-TAP, la mayoría países en desarrollo. Entre ellos, varios latinoamericanos: Argentina, Brasil, Chile, República Dominicana, Ecuador, México, Perú, y Uruguay.
DISPUTAS POR LA PLATAFORMA
Esta plataforma plantea que los gobiernos y todas aquella entidades que financien investigaciones incluyan en los contratos. En ellos se establece que firmen con farmacéuticas cláusulas sobre «distribución equitativa y publicación de los datos obtenidos de los ensayos clínicos», explicó en el lanzamiento el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Asimismo, se pide que se compartan las secuencias genéticas y datos científicos. Pero el punto más delicado de esta iniciativa es que pide que se cedan los derechos de propiedad intelectual de los tratamientos y vacunas contra el coronavirus a esta plataforma. Para que a su vez ésta los conceda a productores de genéricos.
«Invito a las industrias y sectores académicos a que registren y compartan su conocimiento, propiedad intelectual y datos de tecnologías sanitarias existentes y nuevas para combatir el covid-19 por el bien de toda la humanidad», dijo el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, quien participó virtualmente en el acto.
POSICIÓN DE CORPORACIONES FARMACEÚTICAS
Grandes corporaciones farmacéuticas prometieron este jueves que no buscarán obtener ganancias si consiguen desarrollar los tratamientos y vacunas que están investigando. Ello mientras dure la pandemia.
Sin embargo, altos ejecutivos de GlaxoSmithKline, AstraZeneca, Pfizer y Johnson & Johnson afirmaron que hay que defender y mantener el principio de la propiedad intelectual. Principio sin el cual -enfatizaron- no habría incentivo para la innovación.
La Federación Internacional de Productores Farmacéuticos (IFPMA) participa en representación de la industria en el ACT Accelerator, pero no se ha manifestado sobre la nueva iniciativa.
El presidente Alvarado anunció en la presentación del C-TAP que «la Universidad de Costa Rica ha desarrollado y pone a disposición de la humanidad». Un protocolo para la manufactura (a partir del plasma de pacientes convalecientes) de preparaciones inyectables para potenciar el sistema inmunitario de pacientes graves.
Además, dijo que una institución costarricense especializada en biotecnología entregará a la nueva plataforma un proyecto para detectar el virus prescindiendo de kits comerciales y reduciendo la dependencia de sistemas robóticos, de los cuales muchos países pobres carecen.
En un mensaje por vídeo, el presidente de Ecuador, Lenin Moreno, manifestó su apoyo a esta iniciativa. Y añadió que esta iniciativa «obliga al mundo a reinventar la cooperación internacional y encontrar las formas de derribar las barreras técnicas y políticas que impiden el acceso al conocimiento».
EFE