Una oleada de niños migrantes, solos o acompañados, se ha confirmado en México, por lo que el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) lanzó una alerta, debido a la violencia utilizada para disolver caravanas migrantes y la falta de servicios para los menores.
“La organización está monitoreando la situación de personas migrantes y refugiadas a lo largo de la carretera costera de Tapachula a Tuxtla Gutiérrez, Chiapas (sureste de México)… y ha identificado casos de lesiones graves y separación familiar”, indicó ese organismo en un comunicado.
Denuncian violencia de autoridades migratorias
Agregó que su monitoreo tiene especial enfoque en la situación de niños y adolescentes, debido a la violencia de autoridades migratorias mexicanas y personal de la Guardia Nacional.
“(Se detectó) uso desproporcionado de la fuerza por parte de cuerpos de seguridad contra familias con niños pequeños, además de sustracción y destrucción de documentos de identidad que avalaban la estancia legal de estas familias en México”, lamentó la Unicef.
Una tercera caravana de migrantes se formó en el sur de México, luego de que autoridades disolvieran dos, una con uso de violencia el fin de semana y otra a inicios de esta semana, también con represión violenta, según reportes de medios locales, que compartieron videos y fotografías en redes sociales.
El problema se ha centrado en Tapachula y otros municipios del estado de Chiapas, que colinda con Guatemala, con migrantes de Haití, Venezuela y Centroamércia, que buscan llegar al norte de México para cruzar hacia Estados Unidos.
Niños presentan problemas de salud
La Unicef aseguró que muchos de los niños que caminan en la caravana presentan deshidratación y que, además, están recibiendo un acceso muy limitado a servicios esenciales “para su bienestar físico y emocional, nutrición, educación y protección”.
El flujo migratorio aumentó en México desde octubre de 2018, cuando caravanas con miles de migrantes, en su mayoría centroamericanos, comenzaron a ingresar al país para llegar a Estados Unidos, por lo que el entonces presidente Donald Trump presionó a México para que los frenara.
Cuando el presidente Joe Biden llegó a la Casa Blanca, suspendió el programa “Permenecer en México” de su antecesor que obligaba a los solicitantes de asilo a esperar su audiencia desde territorio mexicano.
Con ello, el flujo migratorio volvió a repuntar de manera que Estados Unidos detuvo el pasado julio en su frontera sur a 212,672 indocumentados, la cifra más alta en 20 años.
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El Instituto Nacional de Migración (INM) de México informó que de enero a la fecha ha identificado a 34,427 menores de edad, acompañados y no acompañados, que transitaban territorio mexicano en condición irregular.
El ente de migración mexicano señaló que ese flujo de población se triplicó con respecto al mismo periodo en 2020 en el que se identificaron a 11,703 menores de edad, acompañados y no acompañado.
EFE