El 2021 debería ser aprovechado para nuestra reinvención como empresarios o ejecutivos, adoptando nuevos enfoques de gestión y desarrollando nuevas capacidades acordes a los nuevos tiempos.
En este sentido, hay cuatro elementos que deberíamos profundizar: estar más conectados a los cambios, pensar creativo y distinto, actuar ágil, y ganar capacidad de adaptación y resiliencia.
Desafíos en 2021
Así lo afirma el economista Roberto Salas, CEO del Consorcio Nobis y Fundador de Gestión Sustentable, durante la conferencia “Proyecciones económicas, políticas y de sostenibilidad Ecuador 2021”.
Salas, quien tiene más de 20 años de experiencia como CEO de empresas multinacionales con sede en Costa Rica, Brasil y Chile, precisa que nos enfrentamos a un 2021 con pocas certezas.
“Pero con actitud positiva, confianza en nuestros equipos y en el país, y creatividad, podemos generar oportunidades y un futuro promisorio”, asegura el experto.
Esto es más probable cuando se adopta un enfoque de Triple Resultado que supone identificar y gestionar impactos sociales y ambientales en nuestras cadenas de valor (huella ambiental, diálogos con los grupos de interés, y sistemas modernos de administración de riesgos).
Además de, construir cultura integrada a la estrategia, adoptando los ODS como guía, capacitación interna y vivir los principios y valores; crear ventajas competitivas; e innovar para nuevos o antiguos clientes viendo oportunidades en el cambio climático, la eficiencia de procesos y costos, y así atraer y retener talento mejorando la reputación ante los públicos interesados.
Para el experto de cara al 2021 hay un punto clave que trabajar en cuanto a alianzas público-privadas: una agenda compartida de competitividad y productividad.
Alianzas público-privadas
“Esta debe ser una iniciativa conjunta, uniendo varios actores y compañías interconectadas, para definir y priorizar consensos y acciones que hagan la diferencia con enfoque de largo plazo. En Nobis, hace tres años incorporamos un piloto de diversificación en el área agroindustrial basado solo en la caña de azúcar, y estamos promoviendo una nueva unidad para incorporarnos en la agroexportación no tradicional; sabemos que Ecuador requiere una diversificación en su propuesta exportadora para generar divisas y hacer visible el producto ecuatoriano al mundo”.
En este sentido, en 2021 se debe reducir de la tramitología fomentando la digitalización de procesos que facilite el tiempo y recursos del empresario y de los emprendedores.
Al hablar de la población en los próximos años está el reto del crecimiento de la clase media y de la población adulta mayor, lo que invita a pensar nuevos esquemas de consumo en calidad y cantidad, así como revisar la sostenibilidad del sistema de pensiones.
“En 2040, más de 4 millones de personas superarán los 65 años, esto presionará a los sistemas de jubilaciones y las empresas deben crear productos y servicios a tono con las necesidades de este segmento. Otra tendencia es la incorporación de las generaciones más jóvenes, como la generación Z con ideas y estilos de vida y patrones de comportamiento distintos”.
Economías ambientales
En cuanto a economías ambientalmente amigables, Salas apunta que el cambio climático mueve acciones hacia una Nueva economía baja en carbono, fortalecimiento del sector forestal, cuidado de océanos y mares, así como exige una mejor planificación de ciudades, sobre todo las más grandes, que cada año reciben nuevos habitantes con necesidades más exigentes.
Participar dentro de este escenario, detalla, es de gran importancia reconocer un contexto marcado por la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad.
Sin embargo, la adopción del enfoque de triple resultado, que da una perspectiva sostenible con una visión económica, social y ambiental, guiada desde la gobernanza corporativa, mejora las probabilidades de éxito para enfrentar los desafíos que nos depara el 2021, puntualiza.