Hasta no hace mucho, se podía instalar un programa antivirus en la computadora y todo estaba resuelto. Las cosas ya no son tan sencillas.
Para velar por la privacidad ya no basta con proteger la computadora en la que uno puede trabajar desde casa y las laptops que usan los chicos en la escuela.
Seguramente usted tiene otros aparatos conectados a la internet en su casa: teléfonos, tabletas, juegos con consolas, televisores, termostatos, neveras, lámparas, juegos para niños, cámaras de seguridad o asistentes digitales.
En Estados Unidos, cada vivienda tiene un promedio de 11 aparatos de esos, según Deloitte, muchos de los cuales son vulnerables al hackeo. Si no quiere que alguien los penetre a instale malware o ransomware, más vale que asegure toda su red casera.
¿CUÁLES SON LOS RIESGOS?
Las redes de las casas son uno de los principales blancos de los ciberdelincuentes, que usan aparatitos de aspecto inocente para extraer información de computadoras y teléfonos. También pueden incorporar esos aparatos a “botnets” mucho más grandes que causan caos en la red.
Una de cada tres conexiones a través de redes caseras se hace a través de aparatos que no son ni una computadora ni un teléfono, lo que quiere decir que hay muchas oportunidades de causar estragos si no se toman medidas preventivas.
Una persona puede programar esas medidas por su cuenta, pero es algo complejo y cualquier error se puede pagar caro. En la mayoría de los casos, es mejor pagar por servicios que protegen las redes caseras, a través del proveedor del servicio de internet u otras empresas. Eso, sin embargo, no es barato.
¿CÓMO FUNCIONA?
Haga de cuenta que su red consiste en una serie de latas atadas por tiras. Son todos sus aparatos y la información que comparten entre ellos.
Ahora imagínese que de las latas salen miles de cables. Son conexiones que sus aparatos entablan con otros. Y nos resulta imposible monitorear todas esas conexiones. Necesitamos ayuda.
Un buen servicio de protección crea “firewalls” que bloquean el tráfico indeseado. Pero esto no se termina allí. Los firewalls no son perfectos y es necesario monitorear el tráfico usando inteligencia artificial para detectar patrones inusuales. Vigila no solo sus aparatos sino también dominios de internet nocivos, que alertan sobre posibles amenazas y bloquean portales sospechosos.
Uno no puede configurar su seguridad y responder a las alertas desde una laptop o un teléfono. Eso lo hacen los proveedores, que permiten bloquear usuarios y portales no autorizados, para que no se puedan conectar con sus aparatos caseros. Los padres usan estos servicios para decidir qué portales pueden visitar los hijos y fijar límites al tiempo que pueden pasar frente a la pantalla.
“La mayoría de la gente no tiene los conocimientos necesarios para proteger la red de su casa”, dijo Michael Philpott, experto de la firma investigadora Omedia. “La única solución real es tener un servicio que pueda monitorear todos los aparatos conectados”.
¿QUÉ HACER?
Para empezar, averigüe si su proveedor o el router que usa ofrecen estos servicios. Si es fácil instalar y usar el software.
También se pueden comprar kits directamente a empresas de seguridad, aunque generalmente cuestan más ya que hay que incorporar otro aparato a su red.
Busque software que le permita crear dos redes virtuales separadas. Reserve una para las computadoras y el almacenamiento de datos y la otra para los televisores y los altoparlantes.
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