Gerard Piqué estaba vencido y lo sabía.
Lo único que el veterano zaguero central del Barcelona podía hacer era sujetar desesperadamente la camiseta de Iñaki Williams, el delantero del Athletic Bilbao. Williams no pudo meter el gol en esa jugada, pero los azulgranas no pudieron frenarle en los descuentos: su cabezo picado en el estadio San Mamés sentenció el pase del Bilbao a las semifinales de la Copa del Rey.
La victoria 1-0 del Bilbao sobre el Barcelona el jueves se concretó apenas horas después que la Real Sociedad protagonizó una sorpresa mayor cuando derrotó 4-3 al Real Madrid en la capital española.
Los dos equipos del País Vasco acompañan al Granada y al Mirandés de la segunda división en las semifinales del torneo de copa. En el sorteo realizado el viernes, el Bilbao quedó emparejado para medirse contra el Granada y la Real se las verá con el Mirandés. Ello abre la posibilidad de un clásico vasco en la final — una de las rivalidades más acérrimas del fútbol español.
“Ese gol es por toda la gente, por todo lo que venimos haciendo”, dijo Williams. “Hemos tenido fe y corazón. Nuestras eliminatorias no han sido nada fáciles”.
La exhibición de Williams, su despliegue de velocidad, oficio y gol, enmarcó la motivación adicional que el cambio de formato en el torneo, de eliminatorias a ida y vuelta a un solo partido, ha dado a los clubes más modestos en la competición.
“Estábamos conscientes de que el formato había cambiado y que era más fácil llegar al final y era nuestra oportunidad”, comentó Williams. “Somos conscientes de que ganar una Liga es muy complicada con el Barcelona, el Real Madrid, el Atlético Madrid, y que nuestra bala tiene que ser la Copa del Rey”.
El Bilbao también se ha llevado sus sustos ante rivales de menor calado. Salió airoso por la vía de los penales ante clubes de la segunda división en las dos rondas previas.
Bajo la presidencia de Luis Rubiales, la Federación Española modificó los formatos de las dos máximas competiciones que gestiona. Se expandió la Supercopa de dos a cuatro equipos, la programó a mitad de temporada y fue trasladada fuera del país — en Arabia Saudita. Esa decisión fue criticada por el cuestionado historial de derechos humanos del reinado.
Los cambios en la Copa del Rey, sin embargo, han recibido los elogios tanto de los aficionados como los jugadores, sobre todo de los equipos más chicos al tener una mejor oportunidad de dar un zarpazo.
Sólo las semifinales se jugarán con el formato de ida y vuelta.
“Teníamos la clara sensación que teníamos que hacer algo por el fútbol modesto, que llenara la competición de sorpresas y que permitiera soñar a todos los clubes”, dijo Rubiales el viernes.
Esta es la primera vez en una década que tanto el Barcelona como el Madrid no asoman entre los cuatro mejores. El Barcelona fue finalista en las últimas seis ediciones, coronándose en cuatro. La última vez que un club que no fuera el Barcelona, Madrid, Sevilla, Valencia o Atlético de Madrid conquistó la copa se dio cuando el Espanyol se alzó con el título en 2006.
El Bilbao, club que solamente compite con jugadores nacidos en el País Vasco y zonas aledañas del norte español, tiene una excelente historia en la Copa del Rey. Sus 23 títulos le ubican segundo en la tabla histórica, por detrás de los 30 del Barcelona. Pero los bilbaínos no se consagran desde 1984.
“Es el momento que todo niño sueña”, dijo Williams a la cadena radial COPE. “Es difícil que vuelva a ocurrir. Es algo histórico”.
La Real eliminó al Madrid en un electrizante partido en el que se adelantó 4-1 y luego resistió la reacción de los anfitriones en el estadio Santiago Bernabéu. El equipo de San Sebastián gritó victorias gracias a un doblete del juvenil delantero sueco Aleksander Isak más las prestaciones de su bloque de volantes y atacantes que abrumó a los merengues.
“La afición se merecía un premio de estos. Llevábamos 32 años sin llegar a unas semifinales”, dijo el entrenador de la Real Imanol Aguacil. “Te puedes imaginar el orgullo que tenemos”.
Previo en la semana, el Granada eliminó 2-1 al campeón defensor Valencia. Los dos tantos fueron obra del delantero Roberto Soldado, ex del Valencia, el último en los descuentos.
Lo del Mirandés ha sido más asombroso. El modesto club de Miranda de Ebro, una ciudad de unos 35.000 habitantes en el norte de España, tumbó 4-2 al Villarreal el miércoles. Venían de dejar fuera al Sevilla y Celta de Vigo.
“Estamos en una nube”, dijo el timonel del Mirandés Andoni Iraola, ex jugador del Bilbao. “Es un recuerdo que queda para toda la vida”.