Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo, vivía en los llanos un joven que apodaban “silbón”, porque así se la pasaba mientras caminaba.
En los Colombia y Venezuela, existe la leyenda de un espectro maldito que deambula por aquel territorio desde tiempos muy antiguos.
Su espantoso silbido es sinónimo de muerte y desgracia, y existen testimonios y pruebas que confirmaron su existencia, esta es la historia del Silbón.
Era consentido y caprichoso al extremo, acostumbrado desde niño hacer complacido en todo.
En casa de sus padres, al sentarse a la mesa para almorzar se llenó de rabia y enfureció al ver que les servían alimentos que no le gustaban.
En un acto de desprecio y con arrogancia, lanzó la comida al piso exigiendo que le sirvieran vísceras de venado, también conocidas como asaduras.
Se levantó de la mesa y salió de la casa lleno de ira, a calmar su rabia con licor en la cantina del pueblo, su padre que era un hombre noble y complaciente.
Preparó su escopeta y el cuchillo de casa y partió a la selva a buscar el dichoso animal.
A pesar de su destreza no lo logró, era de noche y regresó a casa, en el camino se encontró con el joven, en medio de su borrachera, lo golpeó brutalmente.
Cuando éste cayó al suelo, tomó el rifle de cacería y de un disparo lo mató.
El abuelo y sus hermanos ante tan aterradora noticia, se llenaron de rabia y lo ataron a un árbol donde lo azotaron repetidamente.
Luego vino la sal y el ají en sus heridas para que se retorciera de dolor, después de haberlo torturado su abuelo lo condenó a pagar.
Siendo perseguido por «el perro tureco o perro del diablo», lo maldijo y condenó a portar los huesos de su padre para toda la eternidad.
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