En los próximos 25 años, la humanidad podría descubrir pruebas de vida extraterrestre, vaticinó el pasado 2 de septiembre el astrofísico suizo Sascha Quanz. Perteneciente al instituto tecnológico federal suizo ETH Zúrich, Quanz apunta a los avances tecnológicos actuales y los que se están desarrollando como prueba de su optimismo.
El científico, en una rueda de prensa, destacó las nuevas tecnologías que su instituto está desarrollando y las que ya están en uso, por ejemplo, el impresionante telescopio espacial James Webb. Agregó a su razonamiento el reciente hallazgo de más de 5.000 exoplanetas, astros alrededor de estrellas distintas de nuestro Sol.
«En 1995, mi colega Didier Queloz descubrió el primer planeta fuera de nuestro sistema solar», dijo Quanz. «Hoy se conocen más de 5.000 exoplanetas y los estamos descubriendo a diario», añadió. Otro ejemplo citado por Quanz es que la ciencia logró la primera imagen directa de un exoplaneta, indentificado como HIP 65426. Tomada por telescopio Webb.
Existen algunas dudas de Quanz
Sin ser totalmente optimista, el científico también reveló sus dudas. Si bien el telescopio Webb ha sido el artífice de hitos espaciales en muy poco tiempo, todavía no existe un instrumento para llegar a los planetas pequeños. “Webb no es lo suficientemente potente como para hacerlo», sostuvo.
Por esto, Quanz y sus colegas se encuentran desarrollando un gigantesco instrumento terrestre de imagen y espectroscopia en el infrarrojo medio (METIS). Este proyecto forma parte de ‘Extremely Large Telescope’ (ELT) que se está construyendo en Chile.
Su objetivo principal será “tomar la primera imagen de un planeta terrestre, potencialmente similar a la Tierra, alrededor de una de las estrellas más cercanas», dijo Quanz. A partir de esto se podrá investigar las atmósferas de docenas de exoplanetas terrestres, aunque ni aún así será tan poderoso para captar señales de vida fuera del sistema solar.
Será necesario, dice Quanz, una nueva misión espacial y señala al Gran Interferómetro para Exoplanetas (LIFE) de ETH Zúrich, concebida en 2017. Este instrumento todavía está en una fase inicial de estudio, sin aprobación ni financiamiento, pero luego de construirlo podría buscar moléculas en las atmósferas producidas por organismos vivos.
Todo esto podría pasar en los próximos 25 años, un dato que para el científico suizo no es ‘irreal’. «No hay garantía de éxito», dijo el investigador. «Pero vamos a aprender otras cosas por el camino», concluyó.
Con información de | DW/Space.com