La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) declaró como urgente el tratamiento del caso que concierne a Jorge Glas.
Este procedimiento se utiliza solo “en casos de gravedad y urgencia o cuando se considere que la vida de una persona o su integridad personal se encuentran en peligro inminente”, de acuerdo con el propio reglamento de la CIDH, que a finales de 2019 ya otorgó medidas cautelares a favor de Glas.
Esta decisión de la CIDH se produce después de que el exvicepresidente regresara a prisión tras anularse el polémico hábeas corpus.
Para el estudio de abogados belga Ius Cogens, la declaratoria de nulidad del hábeas corpus concedido a Glas, que tiene vigentes dos condenas, «es una prueba fehaciente de que es víctima de ‘lawfare'».
Asimismo, los abogados del exvicepresidente criticaron que Glas haya quedado aislado en la Cárcel 4 de Quito, a la que calificaron como «una de las más peligrosas del país».
La letrada Sonia Vera, del equipo coordinado por Christophe Marchand, deseó que la decisión de la CIDH “marque un antes y un después y provoque que la comunidad internacional fije sus ojos en el peligrosísimo estado de la Justicia ecuatoriana y la violación sistemática de los derechos de Jorge Glas y los demás presos y perseguidos políticos del Ecuador”.
En el último día del año 2019, la CIDH ya otorgó medidas cautelares a favor de Glas.
Las condenas a Glas, una de seis años de cárcel y otra de ocho años, se enmarcan dentro de los sobornos pagados por empresas.
Glas fue vicepresidente durante el Gobierno de Correa (2007-2017) y también, por pocos meses, de su sucesor, Lenín Moreno (2017-2021).
La defensa del exvicepresidente ha alegado que su condena forma parte de una persecución política.