Hace unos días la base ucraniana de la Antártida se cubrió de nieve rosa. Según científicos este acontecimiento no tiene nada que ver con la intervención del hombre, como muchos lo han señalado, sino que por el contrario es un proceso de la naturaleza.
La explicación a este fenómeno se encuentra en la floración de miles de algas unicelulares conocidas como Chlamydomonas nivalis, que contienen caroteno rojo o astaxantina para protegerse de la radiación ultravioleta.
Esta sustancia actúa como un filtro solar para que las algas puedan alimentarse de la energía del sol, sin resultar dañadas y permite el paso de otras longitudes de onda necesarias para realizar la fotosíntesis.
Los expertos señalan que este fenómeno se presenta principalmente en el verano o cuando hay altas temperaturas. Pues este tipo de algas es capaz de sobrevivir en climas fríos, permaneciendo «dormidas» durante los meses de invierno. Y cuando las temperaturas aumentan hacen que se «despierten» y se expandan rápidamente.
La presencia de este tipo de nieve en la zona podría contribuir al aumento del calentamiento global porque el color de la nieve reduce el «albedo», que es la capacidad de una superficie terrestre en reflejar la radiación solar.
Según datos científicos, en la Antártida existen más de 350 tipos de algas que pueden sobrevivir a temperaturas muy frías, que generan diversos colores en la nieve durante los meses de calor.