Los incendios causados por el cambio climático en la Amazonía podrían convertir esa región de un aspirador de dióxido de carbono a un emisor neto de esos gases, que contribuye al calentamiento de la atmósfera, según un estudio que publica este viernes la revista Science Advances.
El estudio, encabezado por Paulo Brando, del Departamento de Sistemas de la Tierra de la Universidad de California, tuvo la colaboración del Instituto de Investigación de la Amazonia en Brasilia, el Instituto de Geociencias de la Universidad de Minas Gerais y el Centro Goddard de Vuelo Espacial de la NASA.
«Los incendios forestales desencadenados por un clima cada vez más cálido y seco pueden duplicar el área quemada y arrasar hasta un 16 % de la selva tropical en el sur de la Amazonía brasileña para 2050, con lo que esa región podría perder su función de receptor neto de CO2 en una fuente neta de dióxido de carbono, señaló el artículo.
Las emisiones de gases que causan el «efecto invernadero» y se acumulan en la atmósfera pueden llevar la Amazonia a un nuevo estado de baja biomasa, lo cual alterará las precipitaciones y los regímenes de temperatura en la región, añadió.
Los incendios forestales en la Amazonia seguirán intensificándose antes de 2030, y para mediados de siglo la región estará emitiendo unos 17.000 millones de toneladas de CO2 y habrá dejado de ser un área del planeta que absorbe más gases de efecto invernadero de los que elimina.
La deforestación en la Amazonia brasileña disminuyó en un 70 % entre 2004 y 2014 lo cual, según estos investigadores, evitó el equivalente al 12 % de las emisiones globales anuales de CO2, que es la causa principal del cambio climático.
En el mismo período las emisiones de dióxido de carbono y otros gases que contribuyen al calentamiento atmosférico vinculados con los incendios se aceleraron, añadió el estudio.
«Las interacciones entre las actividades agropecuarias, los incendios ilegales y los acontecimientos meteorológicos extremos intensificaron la recurrencia de incendios en la Amazonia y sus emisiones», continuó el artículo.
Tan solo en la década de 2000 los incendios acabaron con 85.000 kilómetros cuadrados de bosques primarios en la Amazonia, principalmente durante las sequías de 2005 y 2010.
En 2015, la Amazonia central experimentó un incremento similar en los incendios durante otro período de sequías graves causadas por el calentamiento anómalo de El Niño y el sistema tropical en el Atlántico norte.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE), de Brasil, en junio y julio las obervaciones con satélites mostraban que el humo de los incendios oscurecía la ciudad de Sao Paulo, a miles de kilómetros de la Amazonia.
A finales de agosto, el INPE dio cuenta de más de 80.000 incendios en todo Brasil, un 77 % de incremento sobre el año anterior, con más de 40.000 de esos fuegos en la Amazonia brasileña, que ocupa el 60 % de toda la región amazónica, mientras que en áreas amazónicas de Bolivia, Perú y Paraguay se produjeron situaciones similares.
Para su estudio, Brando y sus colegas elaboraron un modelo sobre la forma en que las interacciones entre el cambio climático y la deforestación en una región de 192 millones de acres dentro de la región más seca de la Amazonia brasileña afectaron la cantidad de tierra quemada y los gases liberados como resultado de los incendios. EFE