Desde 2012, Ineos, antes Sky, nunca había perdido el Tour de Francia en un pulso deportivo. La edición en la que no subió a lo más alto fue en 2014, cuando el británico Chris Froome, se retiró por varias caídas.
El emblema del ciclismo británico triunfó en Francia con Bradley Wiggins (2012), Froome (2013, 2015, 2016 y 2017), Geraint Thomas (2018) y Egan Bernal (2019).
Su apabullante dominio era tal que en tres de esas ocasiones llevó a dos de sus corredores hasta el podium de París.
El tren de Sky, sustituido desde el año pasado por el tren de Ineos, se mostraba intratable dentro y fuera de la carretera. En el Tour, aplastaba con puño de hierro la carrera para llevar a su líder en volandas hasta la victoria. En los despachos, a base de talonario firmaba a los mejores corredores.
El modelo creado por Dave Brailsford, sin embargo, ha descarrilado esta temporada. El colombiano Bernal, que partía como favorito para revalidar el título logrado la pasada temporada, no parece en condiciones de cumplir su objetivo.
Además, el Ineos ha perdido la hegemonía de la carrera. Ha visto cómo el Jumbo han dado un golpe de estado en el pelotón para hacerse con el control.
El ascenso de Jumbo
La dictadura británica ha sido sustituida por la holandesa, decidida a llevar a su jefe de filas, el esloveno Primoz Roglic, al triunfo en París.
La eclosión del Jumbo ha coincidido con la decadencia del Ineos. El hecho es que no se sabe si una es consecuencia de la otra.
El equipo británico apostó por disputar el Tour con una única referencia, Bernal, y dejar fuera a dos exganadores, los británicos Froome y Thomas.
Una apuesta arriesgada que les llevó a convocar a última hora al ecuatoriano Richard Carapaz, programado para renovar su victoria en el Giro de Italia.
Pero los otros escuderos, Luke Rowe, Michal Kwiatkowski, Pavel Sivakov o Dylan van Baarle, parecen sufrir la misma caída de energía de su líder.
El expreparador físico Sean Yates, el hombre a quien muchos atribuyen la receta del éxito del equipo durante años, criticó la preparación de la formación.
La tendencia contraria vive el Jumbo, un equipo formado con menos presupuesto pero que puso en marcha una maquinaria eficiente en torno a Roglic.
Roglic, en plena madurez deportiva
El esloveno está, a sus 30 años, en plena madurez deportiva y tiene a su servicio un ejército de soldados en plenitud de sus capacidades.
Empezando por el holandés Tom Dumoulin, para muchos un candidato al título si estuviera en otro equipo. O el belga Wout van Aert, a quien tras arropar a su líder le han quedado fuerzas para apuntarse dos etapas al «sprint».
Su relevo lo tomó el estadounidense Sepp Kuss, que remató una faena de equipo que no dio respiro a sus rivales.
El veterano alemán Tony Martin, convertido en el sargento de hierro en el llano, el holandés Robert Gesink en la retaguardia y Dumoulin como último cartucho, una muralla para controlar la carrera al más puro estilo Ineos. EFE