Por Melisa Zurita
Ansiedad, incertidumbre, nostalgia y un sinsabor de no saber qué hacer. Así describe esta etapa de su vida Irene Bautista, una mujer de 60 años que está próxima a llegar a su jubilación, tras 34 años de trabajar como auxiliar de farmacia en el Hospital de Niños Baca Ortiz, en Quito.
Con la expectativa de crecer profesionalmente, pero, sobre todo, con la alegría y dinamismo propios de la juventud, Irene llegó a la casa de salud a sus 26 años. Sus horarios eran rotativos y al terminar sus extenuantes jornadas debía cumplir con su otra labor principal: ser madre de sus dos hijos.
Ahora que está a puertas de salir de su espacio laboral se siente en una disyuntiva, ya que no sabe en qué ocupará su tiempo, que tenía muy bien organizado como madre y trabajadora.
Lo mismo siente Galo Ninahualpa, un hombre de 68 años que recuerda “como si fuera ayer” cuando se jubiló. “Tenía nostalgia porque no sabía qué hacer en todo el día, pero a la vez sentía un poco de tranquilidad porque contaría con el tiempo necesario para ir al médico. Trabajar tantos años como mensajero en una moto me pasó factura”.
El acompañamiento familiar en el proceso de jubilación es importante para el adulto mayor, explica Gabriela Rosero, psicóloga clínica. Cada vez son más las personas que llegan a edades avanzadas en buenas condiciones de salud y aún se sienten útiles y llenos de vitalidad, indica.
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“No contemplan la jubilación como un cese al desarrollo profesional y personal. Por eso, incluso, sienten una especie de duelo y aparecen sentimientos de soledad, tristeza y abandono”, agrega la especialista.
En este sentido, la influencia de la familia debe ser positiva, dice Rosero, para que se considere a la jubilación como una nueva y buena etapa. La psicóloga explica que es necesario dejar de lado la frustración por la inactividad y pensar en las nuevas posibilidades que tienen los adultos mayores.
Opciones para los jubilados
Para eso recomienda integrar a jubilado en una red de apoyo de acuerdo con sus intereses. Sugiere cursos, grupos sociales o de ejercicios. “Hay varias opciones para que las personas no se sientan aisladas ni tampoco menospreciadas”.
60 y Piquito, uno de los servicios que ofrece el Patronato Municipal San José en Quito, está dedicado a la atención para el adulto mayor. En la ciudad hay 503 puntos en diferentes barrios, que brindan servicios médicos, psicología, trabajo social, fisioterapia, talleres formativos de canto, baile, manualidades, yoga, computación; actividades culturales como desfiles y comparsas e incluso desarrollo de microemprendimientos a través de la venta de las manualidades que realizan en los talleres.
También hay nueve Centros de Experiencia del Adulto Mayor (CEAM) en la ciudad que atienden a este grupo de personas. En ellos desarrollan las mismas actividades de carácter ocupacional que en el 60 y Piquito.
La única diferencia entre ambos espacios es que el 60 y Piquito se desarrolla en las casas comunales de los barrios y los CEAM son predios municipales dedicados a la atención del adulto mayor. Sin embargo, ambos espacios cuentan con talleristas especializados y profesionales que brindan la capacitación y atención respectiva.
En lo que va del 2023, Rogelio Echeverría, director del Patronato, dice que 9 548 adultos mayores se han beneficiado de los servicios en estos espacios y cada vez se unen más personas.
“Han permitido que los adultos mayores cambien su perspectiva de vida, se sientan útiles e importantes. También que tengan un sentido de pertenencia y dejen de lado esos conceptos de invisibilidad e inutilidad por la edad”, sostiene Echeverría.
Con esto concuerda la especialista Rosero. Ella sostiene que formar parte de un grupo de interés común permite ver la etapa de la jubilación como un nuevo periodo de aprendizaje y socialización. “Es una de las mejores terapias. Saber enfrentarse a esta nueva etapa requiere de mentalizarse de manera positiva y saber adaptarse al cambio”.
De acuerdo con las cifras del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), hasta diciembre de 2019 se jubilaron 423 412 personas en Ecuador. Y para diciembre de 2020 la cifra se incrementó a 447.824.
El monto de las pensiones que recibe el jubilado tiene relación con el salario de aportación. El promedio de los mejores sueldos de cinco años de su historia laboral se multiplica por los años de aportes. Previo a jubilarse, en la página web del IESS se puede consultar el monto aproximado que recibiría.
Requisitos para jubilarse en Ecuador
- Mantener registrada y autorizada una cuenta bancaria a nombre del solicitante en Historia Laboral.
- Mantener registrado el aviso de salida por parte del empleador en la página web del IESS.
- No tener aportes pendientes de pago.
- Mantener una cuenta de correo electrónico válida y activa.
- No tener solicitud de jubilación en trámite y no estar calificado como jubilado en el IESS.
- No tener deudas en mora con el IESS o el BIESS.
- Cumplir con el número de imposiciones y edad necesarias:
EDAD IMPOSICIONES
Sin límite de edad 40 años o más (480)
60 años o más 30 años o más (360)
65 años o más 15 años o más (180)
70 años o más 10 años o más (120)
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