Actualizado 11:12
Redacción Teleamazonas.com |
«El Taita Imbabura lo llamó«, dice Lisseth Valdiviezo, hermana de Juan Fernando Valdiviezo, de 24 años, quien fue hallado sin vida en las faldas del volcán Imbabura, el sábado 8 de marzo del 2025. El joven estuvo reportado como desaparecido desde el 5 de marzo.
En medio del dolor de la pérdida, Lisseth Valdiviezo contó con emoción que su «ñañito», como le decía de cariño, logró cumplir su sueño el último día de su vida: coronar la cima del Imbabura, ubicado en la provincia del mismo nombre.
Gracias a que la familia recuperó el celular de Juan Fernando, se pudo ver lo que el joven experimentó en medio de la naturaleza. «El último día de su vida estuvo muy feliz, que fue lleno de plenitud, que se conectó profundamente con el Imbabura y que disfrutó muchísimo la naturaleza, que era algo que él amaba», contó la joven en un video publicado en sus redes sociales.
En más de 100 fotos y videos grabados aquel día, se ve a Juan Fernando sonriente, disfrutando del ascenso, y maravillado por el paisaje. Al coronar el Imbabura, el joven gritó el nombre de su novia Shaskya y le declaró su amor en medio del sonido del viento como testigo. Ese momento quedó registrado en video.
Las imágenes muestran que hizo el descenso en perfectas condiciones. Sin embargo, alrededor de las 15:00, la neblina lo envolvió y perdió el rumbo. Fue entonces cuando «el Taita Imbabura lo llamó», relata la hermana de Juan Fernando en su video.
«Dos semana antes de subir ya había venido diciendo que quiere subir al volcán, que siente un propósito espiritual. Entonces, como hermana, cómo no vamos a creer que fue un llamado del Imbabura«, señaló Lisseth Valdiviezo.
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Una muerte sin dolor
El informe forense reveló que la muerte de Juan Fernando Valdiviezo fue instantánea. No hubo hipotermia, dolor, ni una caída violenta. Resbaló sobre una piedra y sufrió un golpe en la nuca que apagó su vida en segundos.
«Nos confirmaron en la autopsia. Entonces sin duda esta trascendencia de Juan es mística, mágica, infinita, poética, el Taita lo llamó como uno de sus guardianes por ser un alma tan pura», dice la hermana del joven.
Su familia, lejos de quedarse con el dolor, ha decidido honrar su vida. Por ello, Lisseth anunció que compartirán fotografías, poemas, pinturas y canciones, para que el arte de Juan Fernando y su esencia sigan vivos. El joven era estudiante de la Universidad de las Artes.