Son piezas únicas, que son el reflejo de su tiempo, obras que viajaron de un continente a otro hace cientos de años.
Textos en lenguas hoy en día extintas y con una característica en común, fueron escritos hace más de 500 años.
Los llaman los incunables, publicaciones que parecen salidas de una película de misterio y nuestro país es su custodio.
Los estrictos protocolos de limpieza y restauración, nos permiten acercarnos a estas extraordinarias joyas de la palabra.