La vida de los jóvenes después de las casas de acogida

Cumplir la mayoría de edad es una gran alegría para la mayoría de los jóvenes; pero para aquellos que han quedado en la orfandad o han sido separados de sus familias por violencia o maltrato, es una sentencia. Deben abandonar el acogimiento institucional del Estado, con su maleta y con el dolor de dejar atrás lo que fue su hogar, muchas veces sin haber terminado el colegio y sin tener dinero ni las habilidades para mantenerse por sí mismos.

En el país hay 89 casas de acogida: 9 manejadas por el Estado y las restantes bajo convenios para su funcionamiento o privadas. Ahí permanecen alrededor de 2800 niños y adolescentes que no tienen custodia familiar permanente o parcial, con la esperanza de reinsertarse a su familia o ser adoptados, pero al cumplir 18 años, estos jóvenes deben salir y buscar un lugar para vivir y los medios para subsistir.

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La realidad es que un gran porcentaje de los chicos que salen de las instituciones no termina el colegio; egresan sin ahorros ni un empleo que les permita pagar arriendo, alimentación y transporte.

El domingo 04 de agosto, en Día a Día, abordamos este tema, explorando la realidad de estos jóvenes.

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