El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ironizó que cometerá un “crimen” este fin de semana, dado que planea compartir carne asada para 30 personas en su casa, y en donde además habrá un partido de fútbol.
Las declaraciones las hizo en las puertas del Palacio de Alvorada, en tono de broma, dando poca importancia al distanciamiento y cuidado que las autoridades han recomendado tener por la pandemia del COVID-19
Después aseguró que tan solo mostrará las pruebas que se le hicieron para detectar si tenía Covid-19, que resultaron en principio negativas, si así lo exige la Justicia en última instancia, después de que algunos medios de comunicación y autoridades solicitaran tener acceso a las mismas.
“Si perdemos en última instancia, yo las muestro sin ningún problema”, afirmó Bolsonaro, según ha informado el periódico Estadao, que, junto al propio Congreso de los Diputados, ha realizado estas peticiones ante la Justicia debido al alto número de contagios de algunos de los miembros del Gobierno, tras volver en marzo de una visita oficial en Estados Unidos.
La última de las personas del equipo de Bolsonaro en dar positivo fue su portavoz, el general Otávio Rego Barros, quien se suma así a más de una veintena de ministros y altos cargos, entre ellos los titulares de Seguridad Institucional de la Presidencia, Augusto Heleno, o el de Minas y Energía, Bento Albuquerque, tras volver de su viaje a Washington.
Por su parte, el ministro de Salud de Brasil, Nelson Teich, no descartó este jueves la posibilidad de que en las zonas del país más golpeadas por el brote de coronavirus se aplique la cuarentena obligatoria, resolución a la que siempre se opuso Bolsonaro.
Bolsonaro, junto a influyentes empresarios y algunos ministros, acudió este jueves a la sede de la Corte Suprema para abogar por el retorno de la actividad económica, suspendida en todo el país por el COVID-19.
«Tenemos que evitar que el país se sumerja ahora en una crisis económica de la que no podrá salir», declaró el mandatario frente al presidente del Supremo, José Antonio Dias Toffoli, quien recibió a Bolsonaro y a los empresarios para una audiencia que no figuraba en su agenda.
Bolsonaro, junto a los empresarios, reiteró su opinión de que «algunos estados y municipios fueron muy lejos» con las medidas que restringen la circulación de personas por la pandemia, pese a que según los balances oficiales del COVID-19 ya ha dejado más de 8.500 muertos y 125.000 casos, y aún está lejos de llegar al pico.
Sostuvo que esas medidas de aislamiento social, que en algunas regiones del país ya llegan al confinamiento total, «van a colapsar la economía» y harán de Brasil una «nueva Venezuela, pero no por el régimen, sino por la miseria que existe» en esa nación.
El presidente del Supremo, tras escuchar a Bolsonaro, sus ministros y los empresarios, sugirió «prudencia» y consideró que Brasil, en su conjunto, está «llevando bastante bien la situación» desde que el, pasado 26 de febrero, fue detectado el primer caso de coronavirus en el país.
Antes de esa audiencia, Bolsonaro recibió a los empresarios en el Palacio presidencial de Planalto y junto a ellos y un numeroso grupo de unas cuarenta personas, atravesó a pie la plaza que separa a la sede del Gobierno del edificio en que funciona la Corte Suprema.
Una vez concluido el encuentro con Dias Toffoli, todos regresaron por el mismo camino, sin mantener la distancia recomendada por las autoridades sanitarias y con varios integrantes de la comitiva sin usar las preceptivas máscaras sanitarias.
Antes de regresar al palacio presidencial, Bolsonaro insistió en una breve declaración a los periodistas en que «es mentira que se tengan que cuidar primero las vidas y luego la economía», porque el desempleo y el hambre «también matan».
En su último balance, el Ministerio de Salud ha confirmado 610 nuevas víctimas mortales por Covid-19, lo que hace un total de 9.146; mientras que los contagios han subido a 135.106, después de los últimos 9.888.
Con información de Infobae.com y EFE