El número de muertos en Italia a causa de la epidemia de coronavirus superó el jueves al de China, mientras el flagelo se extendía hacia Occidente, donde Estados Unidos y otros países enlistaron a miembros del ejército y reforzaron todos los aspectos posibles en preparación al incremento de pacientes.
En Estados Unidos, el Ejército preparó hospitales militares móviles para su despliegue en algunas de las principales ciudades. En Madrid, un hotel de cuatro estrellas fue habilitado como hospital. Centros médicos en todo Estados Unidos instalaron sitios de análisis para conductores que atrajeron enormes filas de vehículos que aguardaron a que enfermeros tomaran muestras de sus fosas nasales.
En su avance hacia Occidente, el brote infectó a por lo menos un dignatario europeo, el príncipe Alberto II de Mónaco, de 62 años, quien continúa trabajando desde su oficina. Aparentemente, el brote también ha abierto un alarmante nuevo frente en África, en donde muchos países tienen débiles sistemas de salud pública.
En la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, el secretario general Antonio Guterres dijo que el mundo “está en guerra con un virus” y advirtió que “es casi seguro que se presente una recesión global, tal vez de dimensiones sin precedentes”.
“Si permitimos que el virus se propague como un incendio forestal — especialmente en las regiones más vulnerables del mundo — matará a millones de personas”, afirmó.
Italia, con 60 millones de habitantes, registró al menos 3.405 muertos, unos 150 más que en China, un país con una población 20 veces mayor. Al mismo tiempo, Wuhan, la ciudad china en donde el virus surgió por primera vez hace tres meses, no reportó casos nuevos, señal de que los rígidos cierres en la nación comunista surgieron efecto.
En un indicio de cómo han cambiado las fortunas en Oriente y Occidente, funcionarios de Nueva York fueron enviados a China para adquirir más respiradores artificiales. En Italia, el líder de una delegación de la Cruz Roja China reprendió públicamente a los italianos por no tomar con seriedad el cierre nacional impuesto por sus autoridades.
En una visita a la ciudad de Milán, Sun Shuopeng dijo que estaba impactado de ver a tantas personas en las calles, utilizando el transporte público y comiendo en hoteles.
“En este momento necesitamos frenar toda actividad económica y debemos frenar el desplazamiento de personas”, afirmó. “Todas las personas deberían estar en sus casas en cuarentena”.
En Estados Unidos, el daño a la principal economía a nivel mundial continuó acumulándose, después de que la semana pasada se registró un aumento de 70.000 solicitudes de prestaciones por desempleo. En Wall Street, sin embargo, los precios de las acciones registraron modestas ganancias en medio del optimismo en torno a las labores de la Reserva Federal y otros bancos centrales para reforzar a la economía. El promedio industrial Dow Jones sumó casi 200 puntos, o 1%.
El Congreso sopesa una propuesta de un paquete de emergencia de 1 billón de dólares que entregaría cheques directamente a las familias en dos exhibiciones, la primera consistiría en pagos de 1.000 dólares por cada adulto y de 500 por cada hijo.
En Estados Unidos el número de fallecimientos aumentó a por lo menos 170, en su mayoría ancianos. La Universidad Johns Hopkins, que ha monitoreados el virus a nivel mundial, señaló que hay al menos 11.000 infecciones en territorio estadounidense.
A nivel global, el número de fallecimientos se aproxima a los 10.000, y el total de infecciones rebasó los 240.000, incluyendo a casi 85.000 pacientes que se han recuperado.