El Gobierno de Israel aprobó hoy un cierre total de tres semanas para frenar la segunda oleada del COVID-19, tras el incremento de contagios.
El nuevo coronavirus golpea con fuerza el país desde mayo. Sin embargo, en la última semana alcanzó uno de los índices de morbilidad más altos del mundo.
A partir de este viernes, los israelíes no podrán salir a más de 500 metros de su domicilio. A excepción de aquellos que presten servicios esenciales (alimentación, sanidad, electrónica y hogar, entre otros).
Colegios y universidades, restaurantes y lugares de ocio permanecerán cerrados durante el confinamiento. Solo están autorizadas las reuniones de hasta 10 personas en lugares cerrados y hasta 20 en espacios abiertos
Desde el viernes 18 de septiembre, al inicio de la festividad del Año Nuevo Judío y al menos hasta el 10 de octubre, los israelíes volverán al confinamiento para frenar la COVID-19.
Con esta medida el Gobierno de Israel pretende frenar la expansión del nuevo coronavirus en los desplazamientos masivos y reuniones familiares multitudinarias durante las llamadas grandes festividades judías.
Asimismo, las autoridades han indicado que si no se consigue disminuir la tasa de contagios, no se descarta prorrogar las restricciones hasta noviembre.
Hasta este domingo, según la Universidad Johns Hopkins, en Israel se registraron 153 759 casos confirmados y 1 108 fallecidos por COVID-19.