Irán superó este jueves los 50.000 contagiados de coronavirus, de los que 3.160 han fallecido, desde que se diagnosticaron los primeros casos hace ahora seis semanas en el país.
El portavoz del Ministerio de Salud, Kianush Yahanpur, informó de que en las últimas 24 horas se han confirmado 2.875 nuevos casos y 124 fallecimientos.
Yahanpur señaló que hay casi 4.000 enfermos que se encuentran en estado crítico pero que, al mismo tiempo, más de 16.000 personas han superado ya la enfermedad.
Las autoridades iraníes cerraron las escuelas y universidades en febrero pasado, al poco tiempo de detectarse los primeros contagios, y poco a poco fueron tomando más medidas como la cancelación de eventos culturales, deportivos y religiosos.
Más recientemente se han prohibido los viajes, estableciendo controles para impedir la entrada y salida de las ciudades, y han sido cerrados todos los comercios no esenciales.
Estas medidas están evidentemente afectando a una economía muy dañada desde hace dos años por la sanciones impuestas por Estados Unidos tras retirarse de modo unilateral del acuerdo nuclear de 2015.
Pese a la crisis, el presidente iraní, Hasan Rohaní, aseguró hoy que no habrá problemas de desabastecimiento gracias al almacenamiento de productos agrícolas e industriales.
También garantizó que hay suficientes reservas de divisa extranjera para cubrir las necesidades médicas y los productos básicos hasta final de año.
Irán es relativamente autosuficiente y está produciendo a nivel interno desde mascarillas y trajes protectores para los sanitarios, a ventiladores y kits de diagnóstico del coronavirus.
«La lucha contra la pobreza es tan importante como la lucha contra el coronavirus», dijo Rohaní, cuyo gobierno se plantea levantar algunas de las restricciones para impulsar la economía.
Las limitaciones están por ahora en vigor hasta el 8 de abril y, según el presidente, la Sede Nacional para la Gestión y Lucha contra el Coronavirus decidirá el próximo domingo si se extiende su implementación o no. EFE