En Iberoamérica el 58% de las personas que finalizan sus estudios de grado y maestrías son mujeres, pero estas solo representan el 44 % de quienes se dedican a la investigación científica. Este es uno de los principales datos del Informe de coyuntura Nº 14 sobre el papel de las mujeres en la ciencia iberoamericana, que se desprende de El estado de la ciencia 2022.
El documento socializado por la Organización de Estados Iberoamericanos (OIE) es un completo estudio publicado recientemente por el Observatorio de la Ciencia, la Tecnología y la Sociedad de la OEI, en colaboración con la Unesco, y que presenta los datos e indicadores más recientes sobre ciencia e investigación en la región.
El informe ve la luz cuando este sábado, 11 de febrero, se conmemora el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una fecha clave para crear conciencia sobre las brechas que siguen existiendo en el mundo en cuanto al acceso de niñas y mujeres a la carrera científica.
Los datos en la región
En la región, según el informe, la proporción de investigadoras en los campos de ingeniería, tecnología y ciencias agrícolas se encuentra por debajo del 40 % en todos los países. Asimismo, el 45% de las publicaciones científicas iberoamericanas contaron con autoras mujeres entre sus firmantes, lo que muestra un fuerte sesgo de género si se tiene en cuenta el área del conocimiento que se investiga.
Así, disciplinas como enfermería están fuertemente feminizadas con un 63% de artículos con participación de mujeres. Por el contrario, en las áreas del conocimiento de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, comúnmente conocidas como STEM (por sus siglas en inglés) su participación es mucho menor. En matemáticas sólo el 25% de los artículos cuentan con autoras mujeres; en física y astronomía el 30%, y en ciencias de la computación el 29%.
Por otro lado, el informe advierte de la gran disparidad que existe entre los países de la región en cuanto al acceso de las mujeres a la educación superior —gran condicionante para el posterior acceso a la carrera científica—, en donde en Chile, por ejemplo, el 53% de la población femenina accede a carreras de educación superior, mientras que en Honduras tan solo el 17% de la población femenina lo hace.
En el caso del Ecuador el 31% de mujeres accede a una carrera de educación superior, según las cifras del informe del papel de las mujeres en la ciencia iberoamericana.
Advierten una desigualdad estructural
Para la investigadora española Eulalia Pérez Sedeño, ganadora del premio Dr. Eduardo Charreau 2022 de la OEI por su trayectoria en ciencias sociales y humanidades, si bien se ha mejorado mucho en unos pocos años en el porcentaje de participación de las mujeres en la investigación, la mayoría están en los puestos más bajos del escalafón, lo que “no solo indica un techo de cristal, sino también una discriminación jerárquica, es decir, que las mujeres se quedan en los puestos más bajos y los que acceden a los puestos más altos son los varones”.
Pérez Sedeño apunta a que esto se debe a la desigualdad estructural que hay en la carrera científica que “no está pensada, al menos como está ahora, para tener una vida más allá de la investigación”, lo que normalmente va en detrimento de la conciliación familiar, afectando mayormente a las mujeres.
Estas y otras cuestiones se analizarán y debatirán en el la XIV edición del Congreso Iberoamericano de Ciencia, Tecnología y Género que se celebrará en Madrid este año, iniciativa organizada por el CSIC y apoyada por la Organización de Estados Iberoamericanos.
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