Actualizado 12:04
Redacción Teleamazonas.com |
«El futuro ya no es lo que era.» Esta frase, atribuida a Paul Valéry, escritor y poeta francés, captura con precisión un fenómeno cultural contemporáneo: la obsesión por el pasado. En una era dominada por avances tecnológicos y lo digital, muchas personas encuentran refugio en objetos y experiencias de épocas anteriores.
Los discos vinilos
La industria de la nostalgia ha experimentado un notable crecimiento en los últimos años, resucitando productos que parecían destinados al olvido. Un claro ejemplo es el resurgimiento del vinilo. Según la Asociación de la Industria Discográfica de América ( RIAA), en 2023 se vendieron 43 millones de discos vinilos en Estados Unidos, superando por segundo año consecutivo las ventas de CD, que alcanzaron los 37 millones de unidades. Este hito no se veía desde 1987.
Sin embargo, este auge no es exclusivo de Estados Unidos. En España, según un estudio publicado por Promusicae, la entidad representante de más del 95% del mercado discográfico español, la industria de la música grabada alcanzó en 2024 unos ingresos de 568,8 millones de euros, con el streaming representando el 89% del consumo musical. Aunque el vinilo se mantuvo como el formato físico predominante, por primera vez sus ventas experimentaron una caída del 8% en unidades.
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Los VHS
La nostalgia también ha revitalizado otros formatos considerados obsoletos. Los VHS, por ejemplo, ha encontrado un nicho entre coleccionistas y entusiastas que buscan revivir la experiencia de ver películas en cintas magnéticas. Asimismo, los videojuegos retro han ganado popularidad, con consolas clásicas y cartuchos originales alcanzando precios elevados en el mercado de segundo mano. Este fenómeno refleja un deseo de reconectar con experiencias de juego más simples y tangibles.
Además de los objetos, las experiencias «vintage» o también conocida como retro han capturado la imaginación del público. Cafeterías decoradas con teléfonos de disco y máquinas de escribir, cines al aire libre y bares ambientados en décadas pasadas ofrecen a clientes una inmersión en tiempos anteriores. Según el medio de comunicación Milenio, En México, los autocinemas, populares en las décadas de 1950 y 1960, han resurgido, con al menos uno operando en la capital del país que busca rescatar ese concepto.
Este resurgimiento de lo retro no solo se debe a la nostalgia. En un mundo acelerado y digitalizado, las personas buscan conexiones más auténticas y tangibles. La industria ha sabido capitalizar este sentimiento, convirtiendo la nostalgia en una oportunidad lucrativa donde lo antiguo se revaloriza y el pasado se transforma en un producto deseable.
El tiempo avanza, pero la nostalgia retro permanece. Mientras haya quienes miren hacia atrás con anhelo, siempre existirá una industria dispuesta a ofrecerles un fragmento de su historia personal.
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