Cientos de manifestantes han vuelto a las calles de la
capital iraquí y otras ciudades del sur del país, donde se han registrado
choques con las fuerzas de seguridad. Después de que se haya reavivado el
movimiento popular que dio comienzo el pasado 1 de octubre para exigir reformas
políticas y económicas.
Una fuente del Ministerio de Interior iraquí dijo que la
tensión estalló en las plazas capitalinas de Al Tayaran y Al Wazba, cuyos
accesos fueron cortados por centenares de manifestantes, que también han
incendiado neumáticos y se han enfrentado a las fuerzas de seguridad.
«Los manifestantes lanzaron piedras contra las fuerzas
de seguridad», que respondieron con gases lacrimógenos para dispersarlos y
que causó heridas a al menos una veintena de personas por asfixia, añadió la
fuente.
Simultáneamente, otros cientos de manifestantes, entre ellos
estudiantes universitarios y de secundaria, acudieron a la plaza Tahrir de
Bagdad, epicentro de las protestas desde su estallido hace casi cuatro meses.
Como viene ocurriendo repetidamente desde entonces, los
manifestantes en las provincias sureñas cortaron, este domingo, carreteras y rodearon
sedes gubernamentales en las ciudades de Nayaf, Nasiriya, Kerbala y Diwaniya,
en las que de momento no se han registrado choques.
La pasada noche, algunos manifestantes de Nayaf prendieron
fuego a una de las sedes del partido Hizbulá iraquí en el centro de la urbe y
también soldaron las puertas de entrada de varios edificios gubernamentales
«para impedir el acceso a los funcionarios», agregó la fuente de
Interior.
Mientras, en Nasiriya los manifestantes «cerraron todos
los departamentos del Gobierno, excepto los de seguridad, sanidad y los
servicios sociales».
La quema y la clausura de sedes gubernamentales y de partidos
políticos, así como el boicot del trabajo en las plantas petrolíferas, es algo
frecuente en el sur del país, donde las manifestaciones han sido especialmente
violentas.
Desde el pasado viernes se ha reavivado el movimiento popular
en las calles, después de unos días en los que sus reivindicaciones y presencia
habían sido eclipsadas por la escalada de tensión entre Wahington y Teherán.
El día 17 se registró la primera víctima mortal del año en
Bagdad, donde al menos otras 15 personas resultaron heridas en choques con los
antidisturbios.
De acuerdo con la pública e independiente Comisión de
Derechos Humanos iraquí, al menos 500 personas han muerto y más de 25.000 han
resultado heridas en todo el país desde el inicio de la revuelta el pasado
octubre. EFE