Según estudios científicos, los incendios en las áreas de vegetación nativa de la Amazonía brasileña, conocidas como ‘selvas maduras’, aumentaron un 152% en 2023, en comparación a 2022.
Las ‘selvas maduras’ contienen los árboles nativos más antiguos. Estos especímenes tienen un mayor potencial de reserva de carbono en comparación a los más jóvenes, por ello ayudan a frenar los impactos de la crisis climática.
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El estudio fue divulgado por la Fundación de Apoyo a la Investigación en el Estado de Sao Paulo (Fapesp) y publicado en la revista Global Change Biology y determinó que los incendios en esas áreas forestales aumentaron de 13.477 en 2022 a 34.012 en 2023, luego de analizar imágenes satelitales.
De acuerdo con los expertos, las grandes causantes del problema fueron las sequías en la Amazonía y la degradación ocasionada en el ecosistema por los incendios registrados en el año 2010, 2015 y 2016.
«Cuando analizamos los datos, vimos que los bosques maduros se quemaron más que en años anteriores. Esto es especialmente preocupante no sólo por la consecuente pérdida de vegetación y deforestación, sino también por la emisión de carbono almacenado«, afirma Guilherme Augusto Mataveli, autor del artículo, en un comunicado.
Para el experto además del impacto que han generado los incendios en las ‘selvas maduras’ también están ocasionando daños en las poblaciones locales. «Uno de estos casos es Manaos, que fue la segunda ciudad con peor calidad del aire del mundo en octubre del año pasado», señala Mataveli.
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