Un estudio colaborativo internacional en el que han participado el Complejo Hospitalario de Navarra (CHN) (norte de España) y la Plataforma de Ensayos Clínicos de Navarrabiomed reveló que en un 15% de los casos graves de COVID-19 existen detrás factores genéticos e inmunológicos que condicionan la gravedad en el desarrollo de la enfermedad.
Son casos, según la información facilitada por el Gobierno de Navarra, que se relacionan directamente con el incorrecto funcionamiento de la proteína interferón tipo I. Una proteína producida por el sistema inmunológico y cuya función es avisar al resto de células inmunes de la presencia de virus.
«La alteración de esta molécula debida a factores genéticos o a factores inmunológicos impide que las células del organismo puedan defenderse adecuadamente del coronavirus, pudiendo llevar al paciente a una grave situación clínica» aun siendo personas previamente sanas y que no han padecido otros procesos infecciosos relevantes.
TRATAMIENTO DEL COVID-19 POR LA GRAVEDAD
Los investigadores indicaron que estos hallazgos permitirán seleccionar de forma más precisa a los pacientes candidatos a los diversos ensayos clínicos en marcha para evaluar la utilidad de tratamiento con interferón o con bloqueadores de estos anticuerpos.
Los resultados, publicados en la revista Science, resuelven parte de la incógnita sobre por qué algunas personas jóvenes y sanas padecen una COVID-19 grave que desencadena ingresos en UCI o incluso el fallecimiento. De hecho, en el grupo de pacientes con anticuerpos anti-interferon la mortalidad fue del 36,6% (37 de 101 personas).
PRESENCIA DE ANTICUERPOS
En el estudio se ha encontrado también que la presencia de los anticuerpos anti-interferón es mucho más frecuente en varones que en mujeres con una forma grave de COVID-19 (12,5% frente a 2,6%).
También que la probabilidad aumenta por afecciones preexistente (hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares y pulmonares, diabetes y obesidad, entre otras) y con la edad. Lo que contribuye a comprender parte de esta variabilidad entre personas con infección grave por SARS-CoV-2.
La investigación ha conseguido identificar mediante análisis genómicos errores innatos en la inmunidad por interferón tipo I en el genoma en 23 de 659 pacientes con neumonía severa causada por la COVID-19. Además, no presentaban patologías graves previas (3,5%), comparado con un grupo control de 534 individuos con infección asintomática o benigna.
DEFECTOS GENÉTICOS
En estos 23 pacientes se han encontrado 6 defectos genéticos ya conocidos en relación con riesgo de infecciones virales graves. Aunque ninguna de esas personas había estado enferma hasta la llegada del SARS-CoV-2. Y se han hallado otros 4 defectos genéticos no conocidos hasta el momento, que están detrás del cuadro grave que han sufrido esas personas al exponerse al nuevo coronavirus.
Además, se ha constatado que 101 de 987 pacientes entre 25 y 87 años con la gravedad severa de COVID-19 (10,2%) presentan anticuerpos contra su propio interferón desde el inicio de la infección o incluso antes. Frente a solo 4 de 1.227 personas de la población general (0,33%) y a ninguno de los 63 pacientes con COVID-19 leve estudiados.
Y al respecto añadieron que se ha demostrado, en estudios in vitro, que estos anticuerpos neutralizan la acción del interferon tipo I, que es precisamente bloquear al SARS-CoV-2.
La Rockefeller University de Nueva York y el Hospital Necker de París lideran este consorcio en el que ha participado también IDIBELL (Barcelona), que engloba a más de cincuenta centros de secuenciación genómica, grupos de investigación y cientos de hospitales de todo el mundo.
En total se han reclutado más 250 pacientes de varios hospitales de España y el Centro Nacional de Análisis Genómico ha participado en la secuenciación de los genomas de los pacientes.
EFE