En Tennesse, Estados Unidos, un existoso empresario de 84 años dejó una millonaria herencia a su mascota, una perrita border collie de ocho años.
La perrita llamada Lulu era la compañera de Bill Dorris, un empresario estadounidense que nunca se casó y falleció a finales de 2020.
En su testamento, Dorris manifestó estipuló claramente el destino que quería para su dinero cuando muriera.
«USD 5 000 000 serán transferidos a un fideicomiso que se formará tras mi muerte para el cuidado de mi border collie Lulu».
Además, en su testamento también se especificó que la perra será cuidada por el resto de su vida por Martha Burton, una amiga del fallecido. En el documento se estipula que «este fideicomiso proveerá para cualquier necesidad que tenga Lulu. La perra quedará en posesión de Martha Burton».
Burton, quien cuidaba a Lulu durante los viajes de su amo, comentó a NewsChannel5 sobre la última decisión de su amigo, asegurando que «la verdad es que no sé qué pensar al respecto. Solo que él realmente amaba a la perra».
Burthon mencionó que es muy posible que no se termine el dinero del fideicomiso; sin embargo, bromenado dijo que «le gustaría intentar» gastar toda la herencia solo en cuidados para la mascota.
Hasta el momento no está claro qué pasará con el dinero que quede en el fideicomiso cuando Lulu fallezca algún día.