Tuvieron que pasar 18 años para que esta madre, logre algo de justicia por la muerte de su hija. La de Petita Albarracin ha sido una lucha admirable, desde diciembre de 2002 busca que quienes violentaron a su hija sean castigados. Lamentablemente la orden de detención en contra del presunto abusador, el vicerrector del colegio en el que estudiaba, prescribió en 2008. Pero hubo otros responsables en esta historia de violencia, dolor y negligencia. Petita demandó al Estado ecuatoriano ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, como responsable por el acoso y abuso sexual de su hija, también por la falta de atención médica cuando la joven ingirió fósforo blanco. Este es el primer caso de violencia sexual en el ámbito educativo que llega a este organismo que, hace pocos días, dio la razón a la familia de Paola Guzmán Albarracín. Les contamos los detalles de este histórico fallo.