Estrés, alimentación e hipertensión; ¿cómo se relacionan?

¿Ha notado que cuando está estresado su corazón late más rápido? El estrés es un mecanismo natural y necesario de supervivencia ancestral, pero puede considerarse bueno o malo según las circunstancias y su intensidad. Cuando las personas están bajo estrés, en su cuerpo se desencadena la liberación de hormonas como el cortisol y la adrenalina. Estas hacen que el corazón lata más rápido y que los vasos sanguíneos se estrechen, lo que aumenta temporalmente la presión arterial.

No hay evidencias de que el estrés por sí solo cause hipertensión a largo plazo. Sin embargo, reaccionar al estrés de manera poco saludable puede aumentar el riesgo de ataque cardíaco o de accidente cerebrovascular.

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Otro factor de riesgo que hay que tomar en cuenta cuando hablamos de presión alta es la alimentación. La OMS estima que el exceso de sal en las comidas incrementa la presión arterial, causando aproximadamente el 30% de la prevalencia de hipertensión. Adicionalmente, una dieta rica en grasas saturadas, azúcares, alimentos procesados, comida rápida y snacks con alto contenido de sodio también contribuye al desarrollo de esta enfermedad.

El domingo 21 de julio, en Día a Día, abordamos este tema que afecta a 1280 millones de adultos de 30 a 79 años en todo el mundo.

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