Mientras para las abuelas tener una familia numerosa era la norma y un solo niño en la familia era una excepción, hoy en día la tendencia es completamente la inversa.
Los factores sociales, económicos y la disponibilidad de tiempo de los padres han influido en este cambio.
Por mucho tiempo se creyó que no tener hermanos nos convierte en personas egoístas, solitarias y mimadas.
Tras décadas de estudios alrededor de su comportamiento, esos prejuicios se han derribado y en el siguiente reportaje analizamos los retos y ventajas de ser hijos únicos.