Jennifer López y Shakira presumieron de orgullo latino en un trepidante espectáculo en el «halftime show» del principal evento deportivo de Estados Unidos, un Super Bowl más hispano que nunca con la participación especial de las estrellas de la música urbana J Balvin y Bad Bunny.
Además, Emme Muñiz, hija de Jennifer López y Marc Anthony, hizo su debut mundial como cantante, al liderar un coro de niños vestidos de blanco, mientras Shakira le tocaba la batería y su madre la acompañaba con una capa que inicialmente parecía ser de la bandera estadounidense y terminó convirtiéndose en la de Puerto Rico, de donde son los cuatro abuelos de la niña.
El halftime show de 12 minutos fue exactamente lo que ambas artistas habían prometido, una celebración de la cultura latina y un mensaje de unidad y de esperanza a la infancia, en especial a los niños de las minorías étnicas y demográficas en Estados Unidos, que esta semana arranca un polarizado proceso electoral para escoger al próximo presidente el próximo 3 de noviembre.