El seleccionador ecuatoriano, Gustavo Alfaro, aseguró este domingo que a su equipo le está pasando factura «las desconcentraciones», luego de que la Tri empatara 2-2 con Venezuela en la tercera jornada del grupo B de la Copa América.
«Hoy generamos oportunidades, pero nuevamente las desconcentraciones nos han costado», dijo Alfaro en la rueda de prensa posterior al partido.
A su juicio y para seguir progresando, el equipo debe incrementar su «concentración defensiva» y trabajar los tiempos del partido «con madurez» para saber que «un rival perdido te va a tirar el cuerpo arriba».
Eso, considera, «se corrige con trabajo», aunque subrayó que a veces los aprendizajes pueden ser «dolorosos porque te quitan puntos y se pierden posibilidades».
EMPATA CON SABOR A DERROTA
Ecuador estuvo dos veces por delante en el marcador de una Venezuela. La Vitotinto cuenta con una docena de bajas por un brote de covid-19 y las lesiones de sus mayores estrellas.
La última baja fue la del volante Yangel Herrera, que se lesionó en el partido de la segunda jornada contra Colombia y no podrá jugar ningún partido en lo que queda del torneo.
Pese a ello, fue capaz de aprovechar dos inseguridades defensivas para anotar dos goles que le dieron el segundo punto para La Vinotinto, lo que la mantiene provisionalmente en la tercera posición del grupo.
Cuarto es Ecuador, merced al punto conseguido hoy y tras la derrota en el primer partido con Colombia.
Por todo ello, Alfaro aseguró terminar con un sabor «amargo» la jornada porque, consideró, tenían todo de cara para poder ganar pero no lo hicieron.
Sin embargo, destacó la buena respuesta de los jugadores, especialmente de los jóvenes.
Precisamente, Gonzalo Plata, de 20 años, anotó este domingo el segundo gol de la selección ecuatoriana tras una gran jugada personal que inició con una cabalgada casi desde su área hasta el arco rival.
Finalmente, el Gustavo Alfaro mostró su confianza en poder clasificarse para la siguiente ronda, para lo cual deberá obtener buenos resultados en sus duelos con Perú y la anfitriona, Brasil.
EFE