Pese a que se retomaron las clases en casi todas las escuelas y colegios de Guayaquil y Durán, la asistencia es inestable.
Los padres de familia sienten temor de llevar a sus hijos a las escuelas, por ello, la cantidad de menores en las aulas es mucho menor.
Ir a la escuela es un privilegio que los niños que residen en sectores víctimas de la violencia en los últimos días, no tienen.
“Por muchas cosas que están pasando por acá no voy a enviar a mi hija a clases, sobre todo por seguridad”, asegura Juan, morador de Socio Vivienda donde las escuelas van dos meses cerradas, sin clases presenciales.
Las clases vespertinas terminarán más temprano y las nocturnas están suspendidas en Guayaquil y Durán, según informó la Subsecretaría de Educación.
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