La jefa de la diplomacia británica viajó a Moscú el miércoles para tratar de mitigar las tensiones generadas por la acumulación de fuerzas rusas cerca de Ucrania y advirtió que una invasión tendría “consecuencias enormes para todos los involucrados”.
“Rusia debe elegir. Los exhortamos enérgicamente a negociar, desescalar y elegir el camino de la diplomacia”, dijo la secretaria del Exterior, Liz Truss, antes de partir en la primera visita a Moscú por parte de la enviada principal de Reino Unido en más de cuatro años.
Rusia ha acumulado más de 100.000 efectivos militares cerca de la frontera con Ucrania y ha iniciado maniobras en la región, pero niega tener planes de invadir al país vecino. Quiere garantías de Occidente de que la OTAN no admitirá a Ucrania y otras antiguas naciones soviéticas como miembros, detendrá el emplazamiento de armas en sus territorios y retirará sus fuerzas del este de Europa, reclamos que Estados Unidos y la OTAN rechazan de plano.
Amenazan con las sanciones más duras de la historia
Las naciones occidentales dicen que impondrán las sanciones más duras hasta el momento a los negocios rusos si Moscú invade Ucrania.
“Que no le quepan dudas a Rusia sobre la fuerza de nuestra respuesta”, afirmó Truss, que se reunirá con el canciller Serguei Lavrov durante su visita de dos días.
Truss exhortó a Moscú a cumplir los acuerdos internacionales que lo obligan a respetar la independencia y soberanía de Ucrania.
Últimamente, los gobiernos occidentales se han embarcado en gestiones de alta diplomacia con la esperanza de desescalar la crisis.
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