Los dos gobiernos en conflicto desde 2015 en Libia anunciaron hoy en comunicados separados un alto el fuego que entrará en vigor al inicio de la próxima semana.
Decisión que se toma en víspera de la reunión de paz que se celebrará bajo el auspicio de la ONU en Suiza.
El anuncio, firmado tanto por el jefe del Gobierno de Acuerdo Nacional sostenido por la ONU en Trípoli (GNA), Fayez al Serraj, como por Aquila Slaeh, el líder del Parlamento en la ciudad oriental de Tobrouk, tutelado por el mariscal Jalifa Hafter, fue recibido con aplausos de la comunidad internacional.
A este respecto, Stephanie Williams, responsable de la misión especial de la ONU para Libia (UNSMIL), animó a ambos rivales a «aprovechar esta oportunidad histórica y pensar en el futuro del pueblo libio».
En la misma línea se pronunció el presidente de Egipto, Abdelfatah al Sisi, uno de los principales apoyos del Ejecutivo no reconocido en el este, quien alabó «el acuerdo para el cese de las hostilidades» que solo en los últimos quince meses.
Durante los enfrentamientos se han segado la vida de más de 1.800 personas -400 de ellas civiles-, causado heridas a más de 20.000 y obligado a más de 150.000 a abandonar sus hogares y convertirse en desplazados internos.
LINEA DEL FRENTE CONGELADA EN LIBIA
Ambos contendientes mantienen sus fuerzas desplegadas a lo largo del estratégico golfo de Sirte, el corazón de la industria petrolera libia. Desde que a finales de mayo las milicias afines al GNA, apoyadas por miles de mercenarios sirios enviados por Turquía, lograran quebrar el asedio a Trípoli y hacer retroceder a las tropas y soldados de fortuna extranjeros bajo el mando de Hafter.
Esta misma semana, la Guardia para la Protección de las Instalaciones Petroleras, una de las milicias locales aliadas del controvertido mariscal, anunció que levantaba el bloqueo a la producción y exportación de crudo que mantenía desde el pasado mes de febrero.
La decisión permitió que las centrales energéticas del país volvieran a funcionar y se recuperara el fluido eléctrico en la mayor parte del país.
Libia producía en torno a 1,8 millones de barriles de crudo al día antes de la revuelta que en 2011 puso fin a la larga dictadura de Muamar al Gadafi. En la actualidad, apenas llega a las 100.000 unidades diarias.
EFE