La cantante Gloria Estefan aseguró que la música fue su «escape» al abuso sexual que enfrentó de niña.
Lo dijo durante un foro organizado por la Universidad de Miami sobre violencia de género en el que señaló que podría contar su historia solo después de la muerte de su madre.
La intérprete precisó que tuvo el apoyo de su madre, que llamó a la policía cuando ella le contó de los abusos por parte de «un músico respetado en la ciudad».
Estefan compartió su experiencia con otras víctimas y representantes de organizaciones de ayuda y gubernamentales.
En octubre pasado, la cantante reveló a través de su programa de internet «Red Table Talk: The Estefans» que de niña fue abusada sexualmente por un familiar.
Durante el foro Estefan explicó que esa situación traumática la hizo más fuerte y que ha compartido su historia para que los niños que son abusados sepan que pueden ser exitosos.
Aseguró que no lo había hecho antes porque es una persona que «que mira hacia adelante», porque no quería «que él (el agresor) tomara mi poder» y especialmente para proteger a su madre.
«Mi mamá lo pasó muy mal con la situación», manifestó, al señalar que lloraba cuando trataba el tema.
Experiencia
Agregó que «los depredadores saben cómo silenciar a sus víctimas», al relatar que en su caso amenazó con matar a su madre, aprovechándose de que su padre estaba en Vietnam cuando ella tenía 8 años.
«Sé que tu mamá está sola. Y sé que tu padre no está por ningún lado. Y si lo dices, voy a matar a tu madre», recordó Estefan.
La cantante enfatizó que menos del 1 % de los menores mienten sobre situaciones de abuso sexual y lamentó además que una de cada tres mujeres mayores de años al menos una vez en su vida ha sufrido actos de violencia física y/o sexual perpetrados por un hombre, según la OMS.
Crímenes sin prescripción
La sicóloga boliviana Brisa de Angulo, otra de las víctimas, contó que lo más difícil de todo el proceso es que todos terminaban de alguna forma culpándola del abuso.
La ahora abogada, que llevó su caso a los tribunales, dijo que contempló en dos ocasiones el suicidio, pero que afortunadamente contó con ayuda de sus padres.
«Me di cuenta de que no solo me pasaba a mi sino a miles de niños a mi alrededor», expresó la ahora activista de derechos humanos.
«Creo en ti, no estás solo», dice que es el mensaje que propaga ahora a través de su fundación Una Brisa de Esperanza.