En la localidad de Schiedam, Países Bajos, un gato, llamado Finn, pasó encerrado durante 52 días en una casa sin la compañía de ningún humano u otro animal.
La casa, en la que el gato pasó confinado involuntariamente, se vendió en una subasta y los nuevos dueños del lugar se llevaron una sorpresa cuando llegaron al edificio, comprado sin haberlo visto presencialmente antes, y al abrir la puerta vieron que el felino salió despavorido.
Cuando pudieron atraparlo, el gato fue llevado a un centro de cuidado animal especializado en donde determinaron que el animal se dio modos para sobrevivir en condiciones de total abandono y estrés por el encierro.
Tras analizar las heces del gato los expertos encontraron restos de papel, que, al parecer, fue ingerido por el felino a falta de encontrar algo comestible. Por otro lado, y al suponer que ningún ser vivo puede pasar tantos días sin beber agua, los veterinarios supusieron que el gato encontró una filtración de la tubería o natural dentro de la casa y la usó como fuente de líquido vital.
Según el portal de noticias RT, “Tras pasar tanto tiempo encerrado, terminó extremadamente flaco y le tuvieron que someter a terapia intravenosa. Milagrosamente, resultó estar sano, aunque, según confesaron desde la ambulancia para animales al medio local Rijnmond, Finn está bastante molesto por su solitario confinamiento y ocasionalmente se muestra muy arisco con sus cuidadores por miedo”.
La condición física del gato Finn mejora poco a poco, ha recuperado un poco de peso y su estabilidad tiene avances. Los expertos esperan que la actitud del felino también mejore para poder darle un mejor tratamiento.