El presidente estadounidense Joe Biden y los demás líderes del Grupo de los 7 conversaron el martes en una teleconferencia mientras varias de las principales democracias industrializadas estaban presionando a Washington para que suspenda la actual fecha límite de retirada de Afganistán, del 31 de agosto, y extienda la presencia militar norteamericana.
En una muestra parcial de unidad, los líderes del G7 acordaron las condiciones para reconocer y tratar con un futuro gobierno afgano liderado por los talibanes, pero hubo una decepción palpable porque no se pudo persuadir a Biden de extender la operación estadounidense en el aeropuerto de Kabul para garantizar que decenas de miles de estadounidenses, europeos, ciudadanos de terceros países y afganos en riesgo puedan ser evacuados.
La reunión virtual del G7
La reunión virtual de los líderes de Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos sirvió no solo como un broche de oro a los 20 años de participación de Occidente en Afganistán que comenzó como respuesta a los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, sino también fue un reconocimiento resignado de parte de las potencias europeas de que Estados Unidos manda.
“Nuestra prioridad inmediata es garantizar la evacuación segura de nuestros ciudadanos y los afganos que se han asociado con nosotros y han ayudado a nuestros esfuerzos durante los últimos 20 años, y garantizar una salida segura de Afganistán”, dijeron los líderes en una declaración conjunta que no abordó con precisión cómo garantizarían una salida segura y continuo sin ninguna presencia militar.
En el futuro, los líderes dijeron que “juzgarían a las partes afganas por sus acciones, no por sus palabras”, haciendo eco de las declaraciones de los talibanes de no volver a la estricta forma de gobierno islámico que tenían cuando ocuparon el poder por última vez desde 1996 hasta la invasión liderada por Estados Unidos que los expulsó en 2001.
La legitimidad de un nuevo gobierno
“En particular, reafirmamos que los talibanes serán responsables de sus acciones para prevenir el terrorismo, sobre los derechos humanos en particular los de mujeres, niñas y minorías y sobre la búsqueda de un acuerdo político inclusivo en Afganistán”, dijeron los líderes.
“La legitimidad de cualquier gobierno futuro depende del enfoque que adopte ahora para cumplir con sus obligaciones y compromisos internacionales para garantizar un Afganistán estable”, señalaron.
La reunión virtual, organizada por el primer ministro británico Boris Johnson, se produce en medio de un descontento generalizado entre algunos de los aliados más cercanos de Estados Unidos sobre la forma en que Biden ha manejado la retirada militar de Afganistán.
Antes de la teleconferencia, el secretario de Defensa británico, Ben Wallace, dudaba que Biden aceptara aplazar la fecha de la retirada norteamericana.
El portavoz de los talibanes, Zabihula Muyahid, dijo el martes que su grupo no aceptaría “ninguna extensión” del plazo.
“Ojalá tuviéramos más tiempo, pero creo que en este momento es poco probable”, dijo Wallace a BBC News. “Tenemos que hacer planes pensando que el 31 de agosto será el último momento, pero cada día que consigamos después sería una gran ventaja”.
Biden habló con los líderes del G7 durante varios minutos al inicio de la reunión virtual, que duró menos de una hora, según la Casa Blanca.
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En esta cumbre virtual del G7 también estuvieron la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.