El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, y el máximo representante de la Confederación Sudamericana de Fútbol (CSF), Alejandro Domínguez, sellaron de manera oficial el convenio para organizar la final única de la Copa Libertadores en Guayaquil el próximo 29 de octubre.
«Como Gobierno y como país estamos muy complacidos por la realización de este evento de la Conmebol en Ecuador, de tanta importancia continental y mundial», señaló Lasso.
El mandatario expresó su reconocimiento a la Conmebol por haber apostado por Ecuador «como sede de esta final».
También extendió su elogio, «de manera especial a su presidente Alejandro Domínguez», quien destacó la actitud del Gobierno ecuatoriano por haber declarado a la final como un evento de interés para el país.
«Gracias presidente Lasso por haber firmado este convenio y hacer que su gobierno se comprometa, porque sin ese compromiso, sin haber declarado este evento de interés nacional, yo le aseguro, presidente, no hubiera sido suficiente, porque esto mueve al mundo», resaltó Domínguez.
También firmaron el convenio el presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), Francisco Egas; la alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri; y el ministro del Deporte, Sebastián Palacios.
Sedes
El presidente Lasso también agradeció a la Conmebol por haber designado a Quito, como sede de la Copa Libertadores Femenina que se disputará en octubre próximo, con la participación de 16 equipos sudamericanos.
«Cuenten con nuestro compromiso para la realización de estos dos grandes eventos de la Conmebol», añadió el mandatario y dijo que luego de la conversación que ha mantenido con Alejandro Domínguez, su Gobierno ratifica el compromiso de «poner todos los medios necesarios para el éxito» de los certámenes.
«Desde ya nuestra bienvenida para quienes nos van a visitar, serán recibidos con la mejor hospitalidad y el cariño del Ecuador y en especial, del pueblo guayaquileño, pero todo el Ecuador es una preciosa joya turística; los invito a que vengan con anticipación», expresó Lasso.
Domínguez aseguró que haber cambiado la modalidad de la final de la Libertadores, con partidos de ida y vuelta, a la final única en una determinada sede, ha sido una de las mejores decisiones de la Conmebol.
«Las finales de ida y vuelta eran verdaderas guerras; la final única se ha convertido en fiesta, porque esa es la esencia del fútbol», apostilló.
«Ayúdennos, cuenten con nosotros, porque queremos que esta sea la mejor fiesta que haya organizado Conmebol en 107 años de vida. Así que, depende de todos nosotros», remarcó Domínguez.
La final única se disputará en el estadio Monumental «Isidro Romero», de propiedad de Barcelona, ubicado cerca del centro de Guayaquil.
Aquí se disputaron dos finales de la Libertadores, en las que el elenco barcelonista perdió ambas ante Olimpia, de Paraguay, en 1990 y ante Vasco Da Gama, de Brasil, en 1998.