El pasado fin de semana se jugó el clásico de España entre el Barcelona y el Real Madrid en medio de una crisis sanitaria que vuelve a crecer en ese país.
El encuentro terminó por uno a tres a favor del Real Madrid pero una de las jugadas más polémicas se dio cuando el cronómetro marcó 27 minutos del clásico.
En ese momento, el mediocampista del Real Madrid, Casemiro, se barrió para detener un avance culé liderado por Lionel Messi. Cuando el brasilero le lanzó al suelo se llevó por delante el balón y a la humanidad del argentino. La Pulga cayó el suelo y algunos hinchas y comentarista lo vieron como penal, pero el juez indició que todo fue un movimiento legal.
En el medio tiempo del Clásico, Messi reclamó al árbitro, Martínez Munuera, y recalcó que él llegó antes al balón y que cuando Casemiro se lanza es falta. La decisión de no pitar la jugada como penal el juaz la tomó luego de revisar el VAR.
Según el portal de noticias RT, «Sin embargo, cuando los futbolistas y la terna arbitral se encontraban en el túnel previo al segundo tiempo, Lionel Messi expuso a Munuera su versión de lo ocurrido en dicha jugada. «Yo llego antes [al balón]. Llego antes, anticipo y me toca», dijo disgustado el capitán azulgrana».
El triunfo del Madrid en el clásico marca un camino extraño para el Barcelona que, dirigido por Ronald Koeman, al parecer no encuentra su objetivo en tanto al funcionamiento colectivo y la nueva propuesta del técnico neerlandés.